La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

Es ficción, imbécil

Miedo en EEUU ante el estreno de 'Joker'. Hoy acusarían a 'El silencio de los corderos' de fomentar el canibalismo

Los piojos y pulgas que propagan la epidemia de la peste negra de la estupidez global que nos afecta, son las redes. No porque seamos más tontos, sino porque nunca los tontos han tenido tantos cauces para hacerse oír y multiplicarse. No se trata de nostalgia del pasado, sino por el contrario de observar cómo lo más tonto de él resucita con fuerza multiplicada. A principios de los años 30 películas como Enemigo público, Hampa dorada o sobre todo Scarface, el terror del hampa provocaron la indignación de los pretendientes a censores porque, decían, daban mal ejemplo presentando a los malos como héroes. El resultado, tan indignados los puritanos por los gánsteres como por Mae West, fue el famoso código de autocensura adoptado por los estudios en 1934.

85 años después las cosas parecen volver por ese camino. Y empeoradas no sólo por el puritanismo feminista. Ante el próximo estreno de Joker -premiada en el último Festival de Venecia-, los supervivientes y familiares de las víctimas del tiroteo de Aurora (Colorado), en el que un tipo que decía ser el Joker asesinó a 12 personas durante la proyección de El caballero oscuro: la leyenda renace, se han dirigido a Warner pidiendo "responsabilidad corporativa para mantenernos todos a salvo".

Y resulta que las autoridades se han tomado la cosa en serio y se adoptan medidas de seguridad porque se han detectado en las redes amenazas de activistas incels (aunque les resulte difícil creerlo son las iniciales de "involuntariamente célibe" porque aluden a una especie de variante psicópata de pagafantas indignados porque las guapas sólo eligen guapos). Lo que ha llevado a Warner a publicar un comunicado en el que afirma que "la violencia con armas de fuego en nuestra sociedad es un tema crítico", muestra su "más profunda simpatía a todas las víctimas y familias afectadas por estas tragedias", además -y esto es lo más llamativo- de comunicar que se trata de ficción: "No se equivoquen: ni el personaje de ficción Joker ni la película respaldan la violencia del mundo real de ningún tipo. No es intención de la película, los cineastas o el estudio mostrar a este personaje como un héroe".

Si hay que advertir que el Joker es un personaje de ficción y aclarar -como en los años 30- que con él no se glorifica a los malos, estamos apañados. Si se estrenara hoy, acusarían a El silencio de los corderos de fomentar el canibalismo.

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