El mordisco en la manzana

Aurora Muñoz / Amunozl@grupojoly.com

Sin fecha de caducidad

HASTA los cuerpos más perfectos tiene fecha de caducidad y Scarlett Johansson lo sabe. Por eso se acaba de unir a la lista de actrices 'hollywoodienses' en contra de la discriminación por edad.

La primera en denunciar esta situación de discriminación fue Sharon Stone, que tras su aparición en la gala de los Óscar, hace ya una década, exclamó: "Oh, hemos abierto una excavación arqueológica y mira lo que ha salido... una mujer de 40'". Y el año pasado, Demi Moore, de 45 años, hizo la siguiente afirmación a los medios: "Estos últimos años ha sido un desafío tener mi edad. Muchas veces siento que no saben qué hacer conmigo porque no tengo 20, ni 30. No hay buenos papeles para mujeres de más de 40".

Es cierto que esta es la tónica general. Mujeres esculturales, con talento de sobra y una trayectoria impecable, se ven desplazadas a la segunda fila por las nuevas generaciones. Sin embargo, aún queda esperanza.

Meryl Streep, que está apunto de cumplir los 60, triunfa ahora mismo en la cartelera con Mamma Mia!, una película musical inspirada en la discografía de Abba. Y no esta sola al frente de esta corriente que proclama el cambio. La actriz Lauren Hutton ya ha sobrepasado las 64 primaveras y acaba de ser presentada como imagen del catálogo que ha preparado Mango para este otoño-invierno. Además, las prendas que lucirá Hutton no se diferencian mucho de la línea principal de esta cadena, a la que prestan su imagen Penélope Cruz y su hermana Mónica.

Las cadenas de cosméticos también sacan provecho al estilo de algunas mujeres que dejaron atrás los 20, hace ya bastantes años. La marca francesa L'Oreal esta representada por las actrices Michelle Yeoh y Andy McDowell y la modelo Linda Evangelista . Las tres pasan de los 40 y anuncian productos para mujeres de cualquier edad.

Ya lo decía en una entrevista la top española Judith Mascó: "Cuando una modelo es buena, no importa los años que pasen por ella". Ahí tienen a Claudia Schiffer y Cindy Crawford, como ejemplo. ¿Seremos capaces de superarlas las de próximas generaciones?

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