La otra orilla

Los 'falsos' autónomos

Es una figura ilegal e inmoral, que juega con la desesperación de muchos trabajadores

Con la estafa de la crisis se ha generalizado la figura de los falsos autónomos. Es una manera que tienen las empresas de conseguir mayores beneficios, disminuir los costes de su plantilla de forma significativa y no cotizar a la Seguridad Social. Se considera algo ilegal aunque en muchas ocasiones se cierran los ojos de la misma forma que se hace con la economía sumergida. Estos trabajadores, falsos autónomos, son trabajadores que están inscritos en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos pero que realizan sus servicios para un empresa como si fueran trabajadores por cuenta ajena. Se denominan así porque aunque se les considera autónomos, es una situación falsa, ya que no poseen autonomía en su trabajo, sino que dependen de las directrices que se impongan por parte del empresario o la dirección de la empresa y actúan como empleados.

Esta es una figura ilegal e inmoral, que juega con la desesperación de muchos trabajadores, hartos ya de no encontrar un empleo decente, hartos de no tener un proyecto digno de vida, que se va extendiendo cada vez más en algunos ámbitos empresariales. La ilegalidad se centra en que no se realizan las tributaciones y cotizaciones correctas. No importa que se diga que es un trabajador autónomo si cumple con las condiciones de un trabajador por cuenta ajena. La inmoralidad tiene que ver con aprovechar una situación de debilidad para beneficiarse económicamente de la misma.

Las empresas son las grandes beneficiarias de esta situación. Los trabajadores, como siempre, el eslabón más débil de la cadena, los grandes perjudicados: poseen todas las desventajas y obligaciones fiscales de los trabajadores autónomos y, además, tienen muchas complicaciones para acceder a algunos de sus derechos. No poseen un contrato laboral con la empresa, por lo que no tienen una nómina, sino que cobran su trabajo a través de la realización de facturas para la empresa. Además deberán pagar su cuota de autónomos mensual y realizar sus declaraciones de IRPF e IVA, mientras que la empresa se ahorrará todo los gastos de cotización a la Seguridad Social por el trabajador. Tampoco tienen derecho a la aplicación de ningún tipo de Convenio Colectivo. Su trabajo se rige por el derecho civil y mercantil como todos los autónomos, con la pérdida de prestaciones que eso conlleva. Una injusticia más en el mundo del trabajo que sufren los más desfavorecidos. ¿Para cuándo un trabajo decente?

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