La colmena

Magdalena Trillo

mtrillo@grupojoly.com

El enroque de Susana Díaz

Habrá cambio en la Plaza de España, como quería Sánchez, pero se mantiene la cuota granadina

El enroque es el único movimiento del ajedrez en el que el jugador desplaza dos piezas a la vez. No hay ninguna regla que diga cuándo es más recomendable, pero sí se aconseja que cuanto antes mejor. Rey y torre entran en acción y, ya sea con una jugada en corto o en largo, el objetivo último no cambia: hay que protegerse.

La salida de la granadina Sandra García de la Delegación del Gobierno, la señal de guerra de Pedro Sánchez contra Susana Díaz, iba a producirse dentro de cuatro o cinco semanas; después del 4-M en Madrid. Dos circunstancias, sin embargo, lo han precipitado todo. Lo más sustancial tiene que ver con el creciente malestar en el equipo de Iván Redondo (cada vez es más difícil saber dónde empieza Moncloa y dónde termina Ferraz) por la campaña soterrada que la ex presidenta de la Junta había emprendido por media Andalucía: demasiadas visitas lúdico-festivas por Granada, Almería y Jaén tomando posiciones para las primarias de otoño y haciendo más ruido de la cuenta en la fontanería del partido. La pragmática se circunscribe al Consejo de Ministros: ya que había que mover a los delegados en Galicia y Madrid, por qué no hacer un tercer nombramiento aprovechando el impasse de Semana Santa.

Dicen desde el PSOE que estos cambios son un "punto de partida para rejuvenecer y renovar" la formación en las tres comunidades autónomas. ¿En serio? ¿Cambiando a Sandra García por Pedro Fernández? Otra cuestión es si nos situamos en las trincheras de los partidos. Si entendemos que la estrategia no va con la pieza que se sacrifica sino con el sentido del movimiento que hay detrás.

Susana Díaz se ha enrocado en su posición como cabeza de cartel a la Junta con un convencimiento ciego de que es capaz de recuperar San Telmo. Por muy legítimo que sea, cada día parece más una jugada rumbo al naufragio. Porque no se puede ir contra tu partido; no cuando está en el poder, maneja el BOE y no hay un contrapoder territorial en la balanza.

Admitamos que, incluso en el ajedrez, hay un momento en el que toca ceder. No lo asume Susana Díaz pero sí lo ha entendido Granada y, por una vez, se ha ganado la batalla a Sevilla: hay cambio en la Plaza de España, como quería Pero Sánchez, pero con el relevo acordado con Pepe Entrena, el líder provincial... El tablero andaluz no debería ir ya de pedristas y susanistas. No con unas generales (anticipadas) cada más cerca, unas autonómicas en año y medio y unas municipales en dos.

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