crónica personal

Pilar Cernuda

No nos engañemos

NO hay otra solución, no nos engañemos, ha dicho el nacionalista Duran Lleida para justificar la decisión de Artur Mas de imponer el pago de un euro por receta médica, con varias y lógicas excepciones.

No nos engañemos. Se trata de una medida preocupante porque además no va a ser la única que va a afectar aún más a nuestros ya de por sí empobrecidos bolsillos: vienen tiempos muy duros. Porque duro es que te suban el gasto médico, pero además va a subir la factura eléctrica y también el gasoil, un elemento tan necesario como el pan o el agua; que se lo digan, si no, a quienes hace pocas semanas, con temperaturas gélidas, no pudieron encender la calefacción para calentar a niños y mayores. Cosa distinta es que suban el alcohol el tabaco, que también están en la lista de los que van incrementar su precio. No hay otra solución, no nos engañemos.

Independientemente de que acabamos de soportar un gobierno que ha gastado a manos llenas y no supo tomar las medidas adecuadas para paliar la crisis, hay que asumir también que en el plano personal todos hemos vivido irresponsablemente por encima de nuestras posibilidades y delegando en el Estado el coste de nuestra vida irresponsable. Contamos con el índice más alto de Europa en absentismo laboral, que sólo ha disminuido, y muy poco, en los últimos tiempos, ante el temor de que las empresas empezaran los despidos por aquellos que se toman el trabajo a título de inventario. Dicen ahora las mutuas que casi el 15 por ciento de las bajas son fraudulentas y, la verdad, parecen pocas: es habitual que las bajas sean masivas en los días previos a fechas señaladas que la gente gusta de disfrutar como vacaciones.

Mientras en otros países trasladan los festivos a los lunes, aquí no se ha pensado en esa posibilidad hasta ahora, y no es que se abusara de los "puentes", sino que los españoles disfrutan a lo largo del año de tres o cinco "acueductos" que dejan temblando las arcas de las empresas, y más aún en tiempos tan crudos. Hasta hace apenas dos años hemos seguido con la línea habitual de compras, incluso de compras compulsivas, y sólo hemos puesto sentido racionalidad al consumo cuando han venido muy mal dadas, con pérdida de empleo incluida.

No nos engañemos: hemos sufrido años de un mal gobierno pero tampoco han respondido los españoles con el necesario sentido común, haciendo bueno ese dicho de que jamás se piensa que te va a afectar un accidente o una enfermedad grave, siempre afecta a otros. Cataluña ya se ha apuntado al copago a través de las recetas farmacéuticas -que Núñez Feijóo no descarta, el presidente gallego conoce la sanidad pública- y se ha apuntado a la tasa turística.

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