Ansia viva

Óscar Lezameta

olezameta@huelvainformacion.es

El ejemplo de Juan Luis Esquina

Ha sido sin duda el único beneficio que hemos sacado del devastador incendio que ha desolado los terrenos serranos de la provincia. No es un héroe anónimo; se llama Juan Luis Esquina y la historia desvelada por Huelva Información es de las que reconfortan con el ser humano. Supo entender cómo podía ayudar a los equipos que luchaban contra el fuego y lo hizo sencillamente porque pensaba que era lo mejor que podía hacer. El recuerdo de su abuelo, los bosques a los que acudía desde niño, esos olores y esos paisajes estaban en peligro y él lo entendió a la primera. Se puso a disposición de los efectivos del plan Infoca y les ayudó de la mejor manera que sabía, guiándoles por esos senderos hasta dar con la mejor manera de acabar con él. Sin dormir, sin descanso y poniendo todo lo que sabía para que la pesadilla que hemos vivido a lo largo de esta semana terminara cuanto antes, para que el paisaje de Juan Luis y de su abuelo se conservara para las próximas generaciones. La provincia le debe algo, sin lugar a dudas.

De todas maneras, la mejor forma de ensalzar su trabajo, es tomar ejemplo, aprender de lo que hizo y aplicarlo día a día. No importa la recompensa cuando uno se entrega con lo mejor que puede atesorar para ayudar a quien tiene al lado. No hay que trabajar sin descanso porque estamos en crisis, o porque las cosas van peor de lo que pensamos, o porque estamos pocos, o porque el jefe ha llegado a la oficina y conviene que nos vea. Hay que hacerlo porque es nuestra obligación, aquello que debemos hacer.

Decía que el ejemplo de Juan Luis era lo único bueno que hemos aprendido de este devastador incendio. Hay otro aspecto que tampoco es desdeñable. Mientras la provincia miraba al cielo y olía el humo que traía el viento a cientos de kilómetros para recordarnos su presencia, el resto de menudencias que nos traía la actualidad eran tan etéreas como el mismo aire. Cuando una tragedia como esa nos llega tan cerca, las peleítas que decía Chamizo de los actores habituales del sainete nacional, regional y provincial, nos parecen todavía más vacíos de lo que realmente son. La sociedad está harta hasta el hastío comprobar qué poco se parecen a Juan Luis o, por decirlo de otra manera, cuánto tendrían que aprender de él. Con compatriotas como él, no todo está perdido, aunque con personajes como los otros, tenemos poca salida. Tranquilo, que no te van a entender, ni unos ni otros, aunque ese ejemplo debería mantenerse como una manera de actuar habitual en nuestras vidas. En ello nos va no sólo nuestro futuro, sino lo que somos en la actualidad. Gracias, Juan Luis por lo que hiciste y, sobre todo, por qué lo hiciste.

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