El efecto dominó

Las bajas temperaturas pueden ser una buena excusa para remover conciencias. Queda mucho por hacer

La pasada semana, en este mismo espacio, comentaba que aunque conociendo que disminuye progresivamente el número de lectores, hasta no difundirse las estadísticas oficiales sobre lo que leen los españoles, no ha salido al paso el Ministerio de Educación proponiendo medidas destinadas a mejorar esta situación. Por otra parte, las alcantarillas, por muy obturadas que estén, se limpian después de las inundaciones que provocan por dichos atascos. Se coloca un semáforo o paso de peatones en calzadas conflictivas, cuando ocurre un accidente grave. No se cortan árboles, aunque haya peligro de que se caigan, hasta que no provoquen víctimas. Así funcionan las administraciones y así lo hemos aprendido a través de años de experiencia. Sólo queda cruzar los dedos para que la víctima propiciatoria de la solución tardía, no sea de los nuestros.

Siguiendo estas pautas, que parecen inamovibles gobierne quien gobierne, estos días y cuando la temperatura ha descendido bruscamente en Huelva, el Ayuntamiento ha salido presto a buscar refugios para los sin techo. Como consecuencia de la puesta en marcha de medidas compensatorias por parte del Cabildo, se ha dado a conocer que en Huelva viven entre 250 y 300 personas en la calle todo el año, personas que no poseen ni siquiera el más elemental de los derechos, el de la vivienda. Se difunde ahora que son unas 90 personas las que acuden cada día al Centro de Puertas Abiertas de Cáritas, donde se les da servicios de ducha y desayuno. Y ha tenido que suceder este fenómeno meteorológico en Huelva, para que muchos nos enteremos de que el Centro de Acogida, también de Cáritas, tiene 15 plazas; es decir, dispone de camas para que puedan dormir el 5% de los que no tienen casa. De ahí que el Ayuntamiento haya gestionado el ampliar hasta 6 plazas más, provisionalmente estos días, en el Albergue Juvenil.

Seguramente, para muchos el conocer estos datos haya sido consecuencia del frío. Sea como sea, invitan a plantear que Huelva no posee sólo esa halagüeña imagen presentada en Fitur, sino que existe otra cara, menos visible, y que alerta sobre el incremento de jóvenes que solicitan casas de acogida o que se dedican a la prostitución marginal. Las bajas temperaturas pueden ser una buena excusa, no solamente para aprender a anticiparse a los problemas, sino para remover conciencias. Queda mucho por hacer para ayudar a recuperar los derechos de quienes los han perdido y, con ellos, la dignidad. Si fuese así, bienvenido sea ese frío.

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