El fútbol mueve pasiones, desata sentimientos, saca lo peor y lo mejor de todos nosotros. El fútbol nos alegra, nos deprime, nos mantiene en vilo, nos pone nerviosos… No en vano, alguien dijo que es la cosa más importante de las cosas menos importantes. Por eso, el fútbol es utilizado por los medios de comunicación, por la publicidad, por los dirigentes políticos como una manera de manipular las conciencias, como una forma populista de captar votos, de comprar conciencias, de conseguir pingües beneficios. Como también decía alguien, uno puede cambiar de mujer, de trabajo, de partido político, pero nunca cambia de equipo de fútbol.

Viene esto a cuento por el rescate que el Ayuntamiento de Huelva ha hecho del Recreativo de Huelva. Siete millones de euros para pagar las deudas de una entidad privada. Siete millones de euros que salen de las arcas de una ciudad con grandes deficiencias y necesidades. Siete millones de euros que pagamos todos nosotros. Si analizamos la deuda del Decano del fútbol una parte importante de la misma es a Hacienda y a la Seguridad Social, es decir, el Recre va a recibir dinero de todos nosotros para pagar lo que nos debe a todos nosotros.

Me gusta el fútbol. Sigo al Recre desde que Espárrago, Enrique Lora, Joaquín, Gerolami y Rincón formaban parte de su plantilla. Admiré el lanzamiento de faltas de Luzardo y la pillería de Alzugaray. Y disfruté con Uche, Viqueira y Sinama, pero eso no es razón para que me parezca acertado lo aprobado por el Ayuntamiento. Huelva es una ciudad que necesita una intervención seria en cuestiones sociales. Se hace imprescindible luchar contra la pobreza, contra los desahucios que se siguen produciendo. Huelva necesita inversiones en los barrios periféricos, inversiones en empleo de calidad, en deporte de base y en alternativas para una juventud cada vez más deprimida y sin perspectivas. No puede ser que se nos diga que la ciudad tiene dificultades para invertir y desarrollarse y, al mismo tiempo, se saquen siete millones de euros para rescatar a un club de fútbol.

No tiene ni pies ni cabeza. Quiero que el Recreativo de Huelva siga existiendo, quiero que el Recre sume victorias, pero no con dinero público, no con mi dinero.

No todo vale en este circo populista al que nos están acostumbrando nuestros dirigentes. Inviertan señores del Ayuntamiento en el bien común y creen las condiciones para que los que menos tienen vivan con mayor dignidad, para que nuestra ciudad sea una ciudad digna de la que sus habitantes podamos presumir...

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