Ajuste fino

Antonio Castro / Ancastro@huelvainformacion.es

Lo que no nos dijeron llega ahora

QUIÉRASE o no, la Semana Santa puede servir no ya de bálsamo sino de intervalo después del cual la gente se dé cuenta de que entre lo que no se reconocía antes de las elecciones y lo que de verdad encerraba la realidad hay un trecho que puede provocar depresiones y bajones de tensión.

Antes del 9-M el Gobierno se desmelenaba para convencernos de que no había crisis sino sinuosos desplazamientos o algo así. La gente se lo creyó, votó y se fue de vacaciones. En Semana Santa, el incienso no deja ver el bosque y el ocio es el peor territorio para enfrentarse a la realidad.

Pasa la Semana Santa y al choque con la realidad se suma la gravedad de la realidad misma, que sería hoy más asumible si no nos hubieran tenido embaucados con medias verdades y grandes mentiras.

La realidad es tozuda, como decía aquel, y mucho más después de una semana en la que cada cual ha procurado perderse como mejor ha podido.

Pero no queda todo aquí. El lógico procedimiento para la formación del nuevo Gobierno, ése que Zapatero ha medio diseñado en el Coto, va a suponer un tiempo perdido a efectos de gestión, de tal manera que cuando todo esté dispuesto para que el nuevo Gobierno pueda coger la realidad con la energía que se requiere, posiblemente la realidad sea aún peor de lo que era antes de las elecciones.

No quiero con esto que la vuelta al trabajo sea aún más dura de lo que puede ser para usted, sino de prepararle el cuerpo para que cuando tenga que enfrentarse a aquello que no nos dijeron vaya al menos un poco preparado/a y no le dé un infarto.

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