Después de "tragarnos" el sarcástico comentario del amnésico Patxi López: "En España, se cumple la Ley…" se ve que consideran a Cataluña ya territorio independiente y no es necesario poner ejemplos, el último incumplimiento legal es bien reciente. Lo de amnésico va por su manifestación sobre la inutilidad del PP, co lo que a la desmemoria añade el desagradecimiento porque ¿quién sustanció con su apoyo el acceso suyo al cargo de lendakari? Claro que quien con tal de subsistir gracias a la política y se rebaja ante quien lo vapuleó en las Primarias del Partido puede tener cualquier tipo de actitud.

Pero bueno, hay tantos temas "oscuros" en la política nacional que en este "escaparate" de hoy, cambio de opción reflexiva.

Acaban de finalizar las Fiestas Colombinas. Después del tiempo en blanco y los temores de la pandemia, la gente ha vuelto con alegría a la diversión y al disfrute de sus Centenarias Fiestas. Ha podido, aunque fuera por unas horas, durante varios días, aislarse de los fantasmas que nos acechan cara al otoño.

Ahora, se impone el recuerdo de las tertulias y las cenas en las casetas, de los encuentros y saludos con amigos, de la música, de las tómbolas y la diversión de los niños en los cacharritos, toros…

Pues bien, a la vista de ello, recordaré que se cumplieron treinta años de un hito identitario que a mi juicio ha pasado desapercibido.

Comprendo que hay una generación ajena al hecho, pero no lo son las Instituciones ni los medios de comunicación locales. Me refiero al espectáculo que emocionó y revolucionó a Huelva en el año 92: "Y después, América". Sí, cuando se celebró al aire libre en el Foro de la Rábida, no solo tuvo masiva audiencia sino que fue televisado a nivel nacional y justo en al transición entre los días 2 y 3 de agosto, Eduardo Fernández Jurado, el relator y autor del tema, dijo una frase definitiva, si tenemos en cuenta los últimos días de Barcelona 92 y la permanencia de la Expo en Sevilla, cuando manifestó: "Hoy, aquí y ahora, comienza de verdad el V Centenario del Descubrimiento de América", lo cual, pudo oírlo toda España. Máxime, cuando a Huelva y, sobre todo, a Palos se nos marginó descaradamente del protagonismo que nos correspondía.

Con gestos como ese es la manera de defender a Huelva, aunque fuera improvisada la declaración y no plegándose ante lo políticamente correcto o los eufemismos tan de moda: encuentro, negacionismo…

Porque finalizo y me pregunto: ¿ha cambiado algo importante en nuestra provincia?, ¿hemos crecido o mejorado lo que debería correspondernos?, ¿estamos mejor comunicados?, ¿se han solucionado problemas históricos, ya crónicos, para nuestro bienestar? Los propios onubenses tenemos la respuesta. Sigamos la línea de los descubridores y actualizada en "Y después, América".