Elúltimo fin de semana lo pasé leyendo. Consultaba las páginas de unos libros maravillosos, de esos que llenan de verdad. Tenía entre las manos La belleza de Roger Scruton (Elba), En busca del silencio de Adam Ford (Siruela), Obreros de la luz de Martín López-Vega (Saltadera), El vuelo mágico de Mircea Eliade (Siruela) y Presencias reales de George Steiner (Siruela). Y mientras leía Pedro Sánchez estaba en Valencia, Patxi López en Torrelavega y Susana Díaz presentaba en Madrid su candidatura a la Secretaría General del PSOE.

Me dije, pobre de ellos que no leen, que pierden el tiempo en viajes, en discursos, en intentar convencer a unos y a otros con palabras huecas, con argumentos minúsculos. Si en vez de comunicar lo incomunicable se sentaran con un libro entre las manos seguro que serían más felices, y los españoles también. Fíjense, tres candidatos diferentes que buscan un fin común. La puesta en escena de Susana Díaz fue de lo más norteamericano, flanqueada por Zapatero y González, con la compañía de Bono, de Guerra, de Puig… Estaban casi todos.

Pienso que hace falta un cuarto candidato para el PSOE. Si realmente quieren lo mejor para España, me asalta la duda -siempre la he tenido-, debe existir el cuarto elemento. Alguien neutral, desconocido, pero con carisma, limpio y jabonoso, exquisito y brillante, liberal, pero con sentido de Estado. Hace falta un cuarto candidato. Pedro Sánchez sigue en sus trece, acercándose a la militancia y oscureciendo su discurso. Seguro que con el paso de los días abandonará a los obreros de la luz, sus presencias reales son sólo presencias, y ni busca el silencio, ni la belleza, y mucho menos el vuelo mágico, Pedro Sánchez busca su vuelo personal.

El caso de Susana Díaz es evidente, Andalucía no es un ejemplo de bienestar, ni de gobierno. Y dudo mucho que los españoles que habitan las tierras de arriba voten a tan singular candidata. Dice Díaz que se presenta para rescatar al PSOE y a España, pero el rescate puede salirle caro. Es evidente que los españoles han adoptado una actitud de falta de credibilidad en sus dirigentes políticos, ocurre en el mundo, es un hecho. Y Susana Díaz no nos liberará de nuestros liberadores. Patxi López cuenta poco, para ellos y para nosotros. La dignidad y el silencio no establecen premisas, ni criterios, mientras tengamos incredulidad nada nos convencerá más que un buen libro entre las manos. Un libro de verdad, que nos llene y que nos alimente.

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