CIUDAD de Huelva y Recreativo: una puesta en escena de prisa y corriendo del baloncesto profesional sin respaldo y un club con tribuna de honor en la enciclopedia del fútbol. El contraste de las únicas sociedades anónimas deportivas que conlleva a la reflexión de los propietarios inversores, de los presuntos propietarios y de los atípicos propietarios, además de las instituciones y patrocinadores que arrastrados por el politiqueo o forzados por la inercia del 'boom' de las entidades bancarias en el deporte encontraron un eco en el escaparate para atraer simpatías o adeptos a la causa.

El Recreativo es un símbolo con partida de nacimiento histórica y el Ciudad de Huelva fue un embrión surgido por la gesta de un ascenso a la ACB, que trajo un embarazo de alto riesgo como sociedad anónima sin más futuro que el que pueda darle un mecenas, que por desgracia no hay en Huelva. El Decano tiene de dueño al Ayuntamiento por hacer frente al mayor capital social impuesto a un club en España sin la respuesta de los sentimientos de unos asustados e incrédulos aficionados. ¿Pero, quién es el dueño del Ciudad de Huelva? El problema no es Bayo, ni lo fueron Ricca, ni Prudencio... En Huelva, el Recre por delante y después... el abismo.

Si en el Recreativo se potencia el área social y se emite un mensaje que acciona la "recremanía" por su progresión deportiva y estabilidad económica, en el Ciudad de Huelva vamos para atrás a pasos agigantados sin sustento ni atisbo de reclamo para expectativas. Resulta curiosa la estampa navideña: el bienestar y la tristeza cohabitan en estas semanas donde se llena la boca de paz y amor.

Mientras que la plantilla del Recre acuerda las primas especiales de permanencia y otros retos ambiciosos, los profesionales del Ciudad agotan las calderillas de la nómina de septiembre. Mientras que Dumois es agasajado por las peñas, Bayo purga sus lamentos en plena agonía del club.