La cita

U encuentro con el Papa Francisco que solo va a ser utilizado como propaganda política

Sería lógico escribir sobre la moción de censura celebrada que nos ha dejado numerosos elementos para ola reflexión y no, precisamente, positivos. Porque, cada vez, hay menos parlamentarismo de verdad y espontáneo, se llevan las respuestas escritas de antemano independientemente del contenido de los discursos previos. Ello, es lo usual, no se replica, sino que se amplia el discurso previsto y podría servir de ejemplo la ultima intervención de la portavoz socialista, "bondades biográficas del Lenin -esto se le olvidó citarlo- español", no era cuestión de perder la oportunidad. El resto de la moción, lo "esperado y esperable", en terminología zapateril, salvo el gesto de dignidad, en memoria de los asesinados por ETA, tal cual fue la lectura de los nombres.

A partir de ahí, la técnica parlamentaria del sigo XXI: hable lo que quiera que yo contestaré con lecciones sobre "la relación entre el aceite de esperma de ballena y la guerra de Vietnam". Antológica dialéctica y repentización cultural parlamentaria la de este tiempo.

Sin embargo, si quiero extraer de este debate, una vez más, la impostura blanqueadora de imagen por parte del presidente. Pocas cosas resultan más aberrantes y sospechosas en política que el aplauso o el piropo hacia una decisión del adversario ideológico y, esto, lo hicieron Sánchez e Iglesias, son su invitación a leer, por su ejemplaridad, la reciente Encíclica del Papa Francisco: Fratelli tutti. Apostaría lo que fuera a que él, no la ha ni abierto siquiera.

Y esto, personalmente, me preocupa porque, "casualmente", cuando lean esto se estará cumpliendo su cita con el Papa y extraña que, con la trayectoria de este Gobierno en sus relaciones con la Iglesia y las versiones sesgadas de reuniones anteriores, a la experimentada diplomacia vaticana, afronte un encuentro, en este momento, que solo va a ser utilizado como propaganda política.

Habrá que ver lo que dice el presidente sobre su proyecto de "vida digna y muerte decorosa", ha definido a la eutanasia, sobre el aborto, la libertad de educación y el acoso a la concertada y especial, la eliminación de los capellanes hospitalarios, la presión fiscal contra los bienes eclesiales… Sí, la reunión es a petición propia y muy rápidamente concedida. El Rey y la Conferencia Episcopal pueden esperar. Mientras, los telediarios hablarán sobre acuerdos en lo obvio: inmigración, cambio climático, pobreza o pandemia… cuestiones universales, pero muy poco sobre los asuntos bilaterales de los Acuerdos Iglesia-Estado. Es lo que hay.

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