Visiones desde el Sur

La casa por barrer

Qué poca capacidad de entendimiento la de nuestros gobernantes, qué falta de diplomacia la suya

De la situación que estamos viviendo en España en relación con el Covid-19, tan lamentable, todos tenemos algo de culpa; pero, sin duda alguna, unos más que otros.

Mientras se dilucida la responsabilidad de cada cual en el macabro galimatías político que padecemos, el espanto, la bomba -creada en un laboratorio, escapada de él por un mayúsculo error o generada por la Naturaleza, eso ahora poco importa-, está preparada de nuevo, al menos en nuestro país que es lo que nos concierne, para estallar y dejar un nuevo reguero de afectados y no sabemos cuántos miles de muertos más. Y nadie nos lo dice. Se callan. Todos los políticos andan enmudecidos o manifestando medias verdades, poco importa.

Quienes debieran comunicárnoslos de forma tajante, porque están obligados a ello, quienes tendrían que adoptar medidas drásticas y garantizar la salud y la vida de todos los españoles por encima de cualquier otro factor incluyendo el económico, claro está, adoptan la figura del pensador de Rodin, o sea, siguen meditando en sus particulares conciliábulos partidistas, buscando cada cual su rentabilidad política. De pena, mire usted.

Ellos, todos, han encendido las luces de Navidad en nuestras calles y en nuestro ánimo, están alimentando la fiebre del consumo como si aquí nada pasara, están propiciando los agrupamientos de personas, y, a los afectados y los miles de muertos que llegarán de aquí a finales de enero, pues que les den. ¡Al coño, como dice mi madre!

Que el Gobierno y los partidos políticos de la oposición, no sean capaces de llegar a un acuerdo de Estado en esta materia, con el río de muertos que navega por este solar que nos contiene, es para mandar a los 350 diputados existentes en la Cámara directamente al carajo: por incompetentes, por inútiles, por insolidarios, por ineficaces, por falta de vergüenza incluso, además de reservarnos el derecho de denunciarlos por negligencia y puede que algo más llegado el caso, veremos.

Qué poca capacidad de entendimiento la de nuestros gobernantes, qué falta de diplomacia la suya, qué poca cintura, qué obscuridad en las ideas: parecen escolares en el patio de recreo.

Y cuánta poca talla de estadista en los líderes de la oposición. Qué poquita cosa. Cuándo van a encontrar una mejor oportunidad de ser útiles a España y a los españoles que en este duro y lamentable momento, señores Casado, Abascal y Arrimadas ¿cuándo?

Y como dicen en mi terruño, la casa por barrer.

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