Un cansino teatro

El abstecionismo y la falta de compromiso y participación política sí que pueden ser peligrosos

La política está dando un espectáculo alucinante en estas últimas semanas. La incapacidad para ponerse de acuerdo y para garantizar algo de estabilidad política en este país avergüenza a la mayoría de los ciudadanos. Hace tiempo que hicimos nuestro trabajo: acudimos a las urnas y votamos. Elegimos a nuestros representantes de entre la variedad de partidos que se presentaron. El siguiente paso era de ellos. Y no lo han dado aún.

Por supuesto que hay muchas razones para este bloqueo político al que estamos asistiendo, algunas más comprensibles que otras. Pero en cualquier caso ninguna justifica que a estas alturas del verano aún no tengamos Gobierno. Y como el aburrimiento es muy malo mientras conforman o no Gobierno se ha subido el tono del insulto político hasta límites insospechados. Excepto cuatro hooligans la mayoría de los ciudadanos siente vergüenza.

La falta de una mirada a largo plazo hace que los políticos electos no comprendan que lo peor que puede pasarle a este país es mantener la situación de inestabilidad y volvernos a convocar a otras nuevas elecciones: el abstecionismo y la falta de compromiso y participación política sí que pueden ser peligrosos: el caldo de cultivo perfecto para los populismos. Pero para los populismos de verdad.

Ya estamos a mitad del verano, tiempo de ciclismo, de noticias ligeras, tiempo para las fiestas locales para el descanso para lectura de algún libro olvidado. Pero en ningún caso para seguir soportando las reuniones teatralizadas, el ninguneo de unos con otros y los insultos zafios que cada mañana haya inventado el comunity manager de turno.

Así que, señores políticos: ¡basta ya! siéntense y pónganse de acuerdo, negocien, determinen una política de consenso y pongan en marcha un Gobierno: no hay ninguna excusa, por legítima que pueda pareceros para que esto no sea así en el próximo debate de investidura que nos sobrevuela. Y, señores ciudadanos: ¡tranquilos! Nosotros a lo nuestro, a pasear por la playa, leer, disfrutar, el que pueda, de las merecidas vacaciones, a ver ciclismo y sanfermines y esas cosas de verano. Ya ejercimos de ciudadanos. Y podemos volver a hacerlo. Lo bueno que tienen las democracias, y por eso hay que conservarlas, es que si no sirven unos políticos se les sustituye y asunto arreglado. Y en un par de meses nadie se acordará de estos políticos que hoy pretenden ser el centro del universo.

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