Lo mismo me equivoco -no sería la primera vez-, pero creo que las dificultades y tensiones de estos días postelectorales van a ser superadas y que habrá un pacto de las tres derechas para la Junta de Andalucía (Presidencia, Consejo de Gobierno y Parlamento). La razón fundamental es que eso es lo que han querido los electores. Si los andaluces hubiesen querido continuidad habrían dado a Susana Díaz más del 28% de los votos o, en todo caso, habrían aumentado los votos de Adelante Andalucía. Los andaluces expresaron el 2-D un deseo de cambio. La izquierda perdió. Así de sencillo.

Es cierto que la participación de Vox en el pacto que habrá de llevar a Juanma Moreno a San Telmo, aunque no incluya su entrada en el Gobierno autonómico, causa incomodidad y malestar en Ciudadanos, pero tengan por seguro que ambas emociones no son tan intensas como para estropear el primer acceso de los de Albert Rivera a un poder territorial tan importante y como para provocar una repetición azarosa de las elecciones.

La tensión es inherente siempre a estas negociaciones de pactos, coaliciones e investiduras sin mayorías absolutas. Pero es que además aquí y ahora está sobredimensionada por algunos de los protagonistas. Por postureo, por apariencia y por explotación de las contradicciones de los otros. Ciudadanos, por ejemplo, sabe que el PSOE nunca va a hacer posible la investidura de Moreno (PP), pero reclama su abstención a fin de endosar a Susana Díaz la responsabilidad de no articular un frente constitucionalista para aislar a Vox.

Por su parte, el PSOE también sabe perfectamente que Ciudadanos no le va a dar sus votos para que siga Susana (si Adelante también la apoyara, algo bastante dudoso), pero se lo demanda para evidenciar que Cs prefiere aliarse con la derecha dura y con la derecha asilvestrada antes que con los socialistas. Es curioso, de todos modos, el comportamiento de un PSOE aún en estado de estupor y desconcierto: empuja a Ciudadanos a la extrema derecha... para denunciar a continuación que está en manos de la ultraderecha.

Son poses, ya digo. En nuestro sistema no es investido presidente el candidato de la lista más votada, sino el candidato que concita para su investidura el respaldo de más diputados que ningún otro. Por algo de eso está en Moncloa Pedro Sánchez. Por eso estará Juanma Moreno en San Telmo. O mucho me equivoco.