Se busca pintor

El 'Se ofrece pintor' de toda la vida, pueden cambiarlo por un 'Se busca pintor'

Si desde el principio de los tiempos, la sociedad se ha dividido en clases, ¿cómo ignorar que en el siglo XXI existan las divisiones sociales? La diferencia estriba en que la clasificación social la marca la capacidad de consumo. Por ello, la sociedad actual se reparte entre los que viven con un alto consumo (ya sean pudientes o no) y los de un gasto bajo, aunque no siempre existe relación con la capacidad económica que se posea.

A las personas altamente consumidoras, les fascina comprar. Adquieren todo lo que pueden o lo que, según ellos, pueden permitirse. Frente a éstos, los 'bajoconsumidores' adquieren exclusivamente lo que consideran esencial, sin adquirir nada que entiendan innecesario. Se trata de hacernos creer que llevar zapatillas de deporte o peinados con tintes multicolores es inexcusable. Lo curioso es que este año de pandemia haya que añadir a los objetos de deseo el de 'un arreglito a la casa', visualizado en una irrefrenable ansia por arreglar cosas, pintar las paredes con otro color o ensanchar las ventanas…

Existen evidencias de que la primavera es la estación perfecta para iniciar pequeñas (o grandes) reformas, sea por la meteorología, por los días tan largos, las necesidades de la vivienda de la playa o la paga extraordinaria… Lo peor es poder asegurar hoy que, por mucho que lo intenten, les va a ser muy difícil conseguir que le hagan 'esa obrita'. Hagan la prueba: su albañil de siempre les contestará que hasta finales de octubre no tiene hueco, su pintor de confianza les rogará que esperen a la temporada próxima, que tiene la agenda llena y si lo que necesita es 'vestir' los armarios por dentro o poner un par de muebles nuevos en la cocina, mejor es que se olvide. El 'Se ofrece pintor' de toda la vida, pueden cambiarlo por un 'Se busca pintor', pueden suplicar o duplicarles el dinero, pueden rezarle a su santo favorito… pero seguirán sin resultados.

Ahí lo tienen, por si no habían caído en la cuenta los virólogos, ésta es otra consecuencia más de la maldita pandemia que nos tuvo confinados durante meses y que ha impedido que se gaste dinero (¿cómo se consume estando encerrados?). Y como las secuelas siempre llegan, ahora resulta que, especialmente los consumidores y consumidoras por devoción, esos que lo mismo cambian de coche que de cortinas, han fijado su atención en esos 'arreglitos', mientras que los ahorradores o bajoconsumistas no salen de su asombro y celebran a destajo el gran ahorro que han hecho.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios