Aunque crean que el bipartidismo ha muerto eso no ha ocurrido ni va a ocurrir en muchos años. Nuestra tendencia natural siempre nos lleva a los opuestos. Lo bueno o lo malo. El frío o el calor. La derecha o la izquierda. Tan sólo cambian los nombres. El PP y el PSOE agonizan, y su lugar vendrán a ocuparlo Ciudadanos y Podemos. Tarde o temprano el PP se desmantelará como hizo UPyD. Lo mismo ocurrirá con el PSOE (ya ha pasado con IU). La historia antigua no convive nada bien con las nuevas generaciones, por mucha historia que posea esa historia antigua. Si se han dado cuenta existe una variación importante. Antes se tendía al centro, los extremismos no estaban bien vistos por la ciudadanía. Ahora en cambio lo que sustenta la existencia y el auge de las nuevas siglas se fundamenta sobre todo en el extremismo (ya sea de izquierdas o de derechas), y en muchos casos es extremismo violento. Y esto es un error de base que nos llevará de nuevo a un idealismo irracional.

Decía Paul Valéry que "en la obra de arte están siempre presentes dos constituyentes: en primer lugar, aquellos que no pueden expresarse en actos, aunque luego puedan ser modificados mediante actos; y en segundo lugar los que están articulados, que han podido ser pensados". Esto lo escribía Valéry sobre la invención estética. También el poeta francés dejó eso de "el desorden es esencial para la creación" pero "en tanto que la creación se define por un cierto orden". No olvidemos nunca el orden, aunque nos apoyemos en el desorden. El desorden genera felicidad si se encauza, sólo si se armoniza.

Jean-Pierre Cometti acaba de publicar un magnífico libro sobre la obra cumbre de Robert Musil El hombre sin atributos, se trata del ensayo El hombre exacto (Ediciones del Subsuelo). Musil superó todas las barreras existentes entre la filosofía y la literatura, el desconcierto inicial de sus lectores ante su obra acabó en alabanza y hasta en culto. Nuestra relación entre el intelecto y los sentimientos, en los tiempos que corren, anda bastante desorientada y hay que ordenarla, encauzarla. Pero para ello debemos construir una filosofía de vida sustentada sobre el sentido común y el sentido de la proporción.

Euprepio de Verona nos dejó está joya: "Al ser interrogado sobre la vida, respondió el anciano: Me preguntáis sobre el modo de vivir. Come hierba, transporta hierba, duerme sobre la hierba, esto es, desprecia todo y tendrás un corazón de hierro". Ojalá Puigdemont lea a Euprepio.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios