Ajuste fino

Antonio Castro

Entre bandas de delincuentes

LA detención de la banda de delincuentes que dio el golpe de Pozo del Camino, pertrechados de pistolas y un chaleco antibalas, supone un respiro para las fuerzas del orden en esta provincia, que llevan meses ya detrás de los asaltantes a chalés de Dehesa Golf, bancos y empresas del Condado, y residencias de verano en Islantilla, Ayamonte y otras zonas. Hasta ahora no parece haber datos concretos sobre el número de bandas que actúan en esta escalada de atracos y la Guardia Civil, que está desarrollando un gran trabajo, se siente desbordada a veces. No hay que olvidar que a los atracos se suma la penetración del narcotráfico en la Costa, donde las fuerzas del orden han conseguido importantes éxitos en estos últimos meses.

La situación se intenta controlar desde la Subdelegación del Gobierno, con el sentido de la responsabilidad que siempre ha caracterizado a Manuel Bago. Pero no estaría de más que los políticos con capacidad para abordar soluciones pusieran más interés en atender las necesidades de los cuerpos de seguridad, consiguiendo un incremento de efectivos y medios materiales en vez de perder el tiempo en guerras tribales y golpes de efecto protocolarios frente al adversario electoral. Hay ocasiones, como ocurrió en el reciente acto oficial de la Constitución en Huelva, en las que determinadas actitudes de políticos con responsabilidad en instituciones nacionales, como es el caso del Congreso, rayan en la frivolidad cuando se observa cómo pierden la perspectiva por empujar en la foto al adversario local en vez de emplear el tiempo en solucionar los problemas de esta provincia, que es la que les ha puesto donde están.

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