Yo bailo y la culpa es de la Junta

Es responsabilidad de cada uno de los ciudadanos tratar, en la medida de lo posible, de vivir contenidos

En Casariche, el municipio sevillano donde más contagios se han registrado en los últimos días, su alcalde ha vertido un monólogo sobre el Covid contra el Gobierno andaluz. Decía el alcalde que la Junta llegaba tarde para ayudarles a controlar la pandemia que se disparó en su localidad. Como se ha disparado, también, en otros once municipios de diferentes provincias de nuestra comunidad. En cambio, él, como gestor de toda una localidad, tendría que haber mantenido las disciplinas sociales en su municipio a través de reiterados mensajes, bandos o sus propios medios de comunicación. El virus nunca se ha ido, porque allí, como en otros muchos puntos de Andalucía, es motivo suficiente para que restrinjamos nuestros placeres. Se han celebrado bodas y funerales con centenares de personas en cada uno de esos encuentros. Es, por tanto, responsabilidad de cada uno de los ciudadanos tratar, en la medida de lo posible, de vivir contenidos. No se puede volver a la vida de antes, celebrar un enlace, invitar a doscientas personas y, tras terminar contagiadas muchas de ellas, sorprenderte. Nadie busca contagiarse. Eso pienso, claro. Y aunque te contamines de manera involuntaria, al menos, que tu coincidencia esté vestida de haber tenido comportamientos ejemplares. Pero no se puede descontrolar la vida de toda una localidad, dejarla al libre albedrío y luego echar la culpa a otros que han de gestionar con una tremenda complejidad legal de competencias el control de la ciudad. Nos contagiamos por culpa de las fiestas, cenitas, copitas, juergas, discotecas, comuniones, bautizos, bodas, botellones... y los contagiados se cabreaban contra el Gobierno autonómico desde donde están permanentemente diciendo que se mantengan las normas sanitarias. El Covid sólo se irá con la vacuna, y cuando la haya para todos. Así que esta costumbre de utilizar la pandemia como azote político es miserable. Véase lo que sucede entre el Gobierno central y la Comunidad de Madrid, donde la embestida política ha alcanzado unos niveles tan estratosféricos como irresponsables. Guerras políticas que calan entre la gente que ya ve el Covid como motivo político en vez de la lucha contra el paro o las coaliciones con independentistas y proetarras. La gente debe creer que el Covid se compra o se vende. Es de locos. Yo bailo y la culpa es tuya.

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