Ansia viva

Óscar Lezameta

olezameta@huelvainformacion.es

Un 'atxiki' cuando juegas solo

Ni quienes más añoran una sociedad tan caduca como ellos dicen nada malo de un Gobierno que gusta demasiado

Apenas se recuerda la agria polémica que inundó los frontones a comienzos de los ochenta y que llegó a implicar al inigualable Retegi II. Para los no iniciados, se trata de una argucia empleada por algunos pelotaris que no golpeaban, sino que por un momento sujetaban la pelota y la lanzaban contra el frontis. Una trampa, vamos. De ella, apenas queda el recuerdo con las nuevas generaciones, los nuevos materiales y las nuevas tecnologías de la imagen, han conseguido arrinconar aquello que se veía como la muerte prematura de la pelota, más todavía que cuando decidieron que los puros no tenían cabida entre las paredes verdes, o cuando Telecinco suprimió el Ángelus de mediodía.

Confieso que entre mis muchas perversiones está la de sumergirme en esa bien llamada caverna mediática, donde se agrupan los adalides de una sociedad que no entiendo cómo puede tener cabida en un desarrollo mental sano y más aún con la que ha caído por aquí. Sencillamente no tengo ni idea qué tipo de civilización es la que nos proponen, salvo recordar una época de miseria y miedo a la que quieren llevarnos de nuevo. Fue allí donde pensé que iba a encontrar críticas al nuevo equipo que va a dirigir el rumbo de este país y miré tres veces al mando de la tele, primero porque soy torpe hasta exagerar y segundo porque después de la segunda, todavía pensaba que me había equivocado al marcarlo. Pues nada oiga, que apenas alguna mencioncilla a "a ver qué tal lo hacen" y poco más.

Fue entonces cuando empecé a preocuparme, especialmente después del tuit de Pérez Reverte alabando la decisión de un Pedro Sánchez que nos ha cogido con el paso cambiado; nadie pensaba que lo iba a hacer tan bien y eso, conociendo al paisanaje, suena raro qué quieren que les diga. Me parece que es el Gobierno que muchos quisieron hacer antes y no se atrevieron y tras echar la vista atrás no demasiado, las comparaciones son tan odiosas como el paso de la tele en blanco y negro (algún canal lo parece) a la tableta. Siempre nos quedará Hernando para subirnos el nivel de cabreína y alguno más que sueña con volver al orden, las corbatas aburridas, el crucifijo, la Biblia y las genuflexiones, pero cada vez quedan menos. El Ejecutivo de hoy retrata a quienes quisieron no cambiar al mismo ritmo que el país en el que habitaban. Seguramente por eso ya no están, aunque todavía piensen que no les vemos cuando agarran la pelota.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios