Alas de mariposa

El amor y otros bichos raros

Somos seres sociales por naturaleza, aunque necesitemos nuestros momentos de soledad

Dicen que el animal más peligroso del mundo es la mariposa en el estómago. Sí. Confesemos que da vértigo, que a los que ya cumplimos los cuarenta, hace mucho, nos da miedo perder nuestra independencia, nos gusta la sensación de hacer lo que nos da la gana, sin tener que dar explicaciones, ser caóticos con nuestro horario de comidas o de sueño, ser los únicos dueños del mando a distancia y del equipo de música. Nos sentimos libres. Tengamos en cuenta que, a estas alturas, llevamos la mochila cargada de historias que no siempre fueron gratas, que dolieron, - que tal vez nos siguen doliendo sin que seamos conscientes -, y que todo ello fue por amor.

Pero justo por porque estamos en esa edad maravillosa en que la experiencia fue nuestra mejor maestra y nos queda todavía mucho por delante, en la que somos demasiado jóvenes para enterrarnos en casa, propongo que le hagamos un guiño al valor y no aniquilemos esas mariposas con nada que nos adormezca los sentidos. Ya sabemos que, si le quitamos el romanticismo a la expresión, esa sensación en el estómago se llama "ansiedad".

Soy de las que me levanto, miro por la ventana y me digo en voz alta: "Hace un maravilloso día de primavera". Esto puede suceder en octubre y estar cayendo chuzos de punta, pero da igual. Así, cada día del año. Acudo a la programación neurolingüística y me preparo para ser feliz. Me apunto a todo plan que pueda llenarme el alma y los sentidos. Quiero vivirlo intensamente y montarme delante. Priorizo a las personas sobre las cosas. Casi todo puede esperar si otros ojos nos demandan escucha o entrega y todo, absolutamente todo, puede esperar si estamos siendo felices.

No nos engañemos. La vida, con compañeros de viaje, es mucho más divertida, más plena. Somos seres sociales por naturaleza, aunque necesitemos nuestros momentos de introversión, de soledad.

Siento que he dejado de cumplir años para cumplir sueños, me ha dejado de importar el qué dirán. Me gusta nadar como los delfines, morder otra piel como los leones, cantar como un jilguero, sentir el sol como las lagartijas, volar como las gaviotas, ser discreta como las coquinas y jugar como cualquier cachorrillo.

La vida es aquí, la vida es ahora. Hoy es el día menos pensado. Enamórate, si te llega la ocasión, y cambia la ansiedad y el miedo por confianza en ti mismo. Después de todo, hace un maravilloso día de primavera.

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