Todos de acuerdo

La enseñanza de la filosofía debe cuidarse para que los alumnos la vean como algo interesante y necesario

De repente han visto la luz y los representantes del PP, PSOE, Podemos y Ciudadanos, en la comisión de Educación del Congreso, han votado todos a favor de una proposición no de ley para que se curse Ética en la ESO e Historia de la Filosofía en Bachillerato. De todas formas, habrá que esperar, pues ya sabemos de muchas proposiciones no de ley que se han quedado en ser una mera declaración de intenciones, con frecuencia para quedar bonito ante un determinado sector. No obstante, alguien podría decir que algo es algo. De acuerdo, pero hasta que no se plasme en la reforma que se haga de la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa, o como quieran llamarla posteriormente, mejor será ser prudente con las expectativas, no sea que se quede en nada la iniciativa o bastante disminuida. Hay que cuidarse de las frustraciones. Mientras digamos que ojalá se confirme su inclusión obligatoria, porque ciertos tipos de contenidos no deben ser ajenos a nadie, pues superan lo meramente disciplinar, ya que son necesarios para nuestro desarrollo como seres humanos, para la conformación de nuestra personalidad y son esenciales para nuestros comportamientos en el día a día, tanto en los temas prosaicos como en los importantes. Hace unos años, Adela Cortina publicó un libro llamado Para que sirve la ética y en él daba una serie de argumentos y respuestas muy interesantes aplicándolos a diversos ámbitos de la vida; por ejemplo, exponía cómo una mayor preparación ética, así como su asunción como modelo de conducta a seguir hubiera evitado numerosos casos de corrupción que se han producido en el campo de la política; lo que no quita que haya sujetos que difícilmente vayan a ajustarse a unos criterios éticos, teniendo todo el conocimiento al respecto. Por mi parte, voy a más. Considero que incluso en ciertos aspectos filosóficos deberían estar en las carreras universitarias como troncales y no sólo en la vertiente de la deontología específica de cada profesión. ¿Por qué no una filosofía para psicólogos, médicos, biólogos, físicos… o una filosofía de la ciencia para todos? Pero seamos sinceros, aunque hay muy buenos profesores de filosofía, algunos han hecho que sus alumnos la vean como un bodrio aburrido y pesado; así que se tiene que cuidar su difusión e impartición. A nivel particular, no quiero ni acordarme de las clases de un profe plúmbeo que me dio la materia en el instituto. Menos mal que recuperé mi afición por la filosofía con el paso de los años.

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