No tiene abuela

Ellos, como no existe la abuela, se quieren tanto a sí mismos que los demás no valen

Vivimos unos momentos ciertamente complicados, no solo en lo político sino también en lo social. Nos encargamos continuamente de resaltar la corrupción y corruptelas dejando ver una clara doble vara de medir según quién o quiénes se vean, no digo salpicados, cercanos corporativa o individualmente al tema sin detenernos a comprobar la realidad y, por supuesto, utilizando de manera ventajista la teórica libertad de expresión y obviando la presunción de inocencia. Hecho que manejan con verdadera maestría los amigos del pensamiento único que se decantan por sus intereses particulares antes que por el bien general. Y hay un dato que les descubre: hablan casi siempre en primera persona, sean cuales sean el tema o las circunstancias, lo que nos pone en evidencia.

Interesa más hacer ruido contra, que reconocer los avances que puede propiciar el de enfrente porque de ello puede deducirse que reciba el beneficio de la opinión pública y, en consecuencia, se intenta forzar el dominio de la "opinión publicada" que me favorece por encima del resto de la gente.

Cierto es que debe perseguirse, rechazarse y castigarse al corrupto y a los incumplidores de la ley con todo el rigor y el peso de la misma. Sin embargo, choca que haya organizaciones con pretensión monopolística de las bondades universales frente a las maldades de todos los demás y esto, por su dimensión pública, es frecuente en la política. Sí, hay algunos dirigentes y grupos que parecen "no tener abuela".

Les propongo, pues, un ejercicio de disquisición mental exclusivamente. Nos cuentan, sea en Andalucía o España. Nosotros hemos evitado que sigan los recortes, las puertas giratorias, potenciamos -casi con liderazgo único- la regeneración democrática, somos la nueva política, la de promover únicamente de acción en la misma a los que no superen determinada edad... Ellos no son trasnochados ideológicos, tampoco proponentes insensatos, y mucho menos acomodados calculadores del banquillo opositor… No obstante, lo mismo firman pactos con toda la parafernalia mediática, y se asocian con el "No es no" que con los impresentables de la calle Génova. Todo lo bueno se lo debemos a ellos, tienen pureza ideológica frente a otros pero no dicen los variados orígenes de procedencia de muchos de sus dirigentes. No importa; las abuelas obvian los defectos del nieto porque lo quieren. Ellos, como no existe la abuela, se quieren tanto a sí mismos que los demás no valen.

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