Manuel Gómez Marín

Los abonos, a la espera de fichajes

Las renovaciones y las nuevas altas marchan al tran-tran. Tampoco debe sorprender esta situación

UNA semana de noticias se espera en el Recreativo tras más de un mes con la afición expectante. Lo cierto es que hasta ayer, que finalizó junio, no se cerró oficialmente la temporada 2007-08 y todos los clubes han paralizado el global de sus decisiones por la Eurocopa, salvo un desesperado Barça obligado por la ausencia de títulos, la presión interna y la moción de censura, que le han forzado a invertir ya 70 millones de euros en el sistema de contención con Alves, Cáceres, Henrique y Keita.

Lo que no parece normal es que la campaña de renovación de abonos se frene por la tardanza en conocer si los jugadores que se fichan merecen la pena, o bien, el nivel es aconsejable para pasar por taquilla. El campo de maniobras de la dirección deportiva es estricta por las limitaciones económicas, incluidos los ingresos por traspasos, que siempre se perciben en distribución entre cesiones o cobro por anualidades y no completos, a no ser que se abone la cláusula de rescisión.

La afición parece inquieta porque considera que se retrasan las incorporaciones. Las renovaciones y nuevas altas marchan al tran-tran. Tampoco debe sorprender esta situación. Aquí primero se pone en duda todo y luego se echan para adelante en las últimas semanas cuando se anima el mercado. Sólo hay tres fuentes fiables de financiación: los abonos, la publicidad y la televisión, que esta campaña aportará más de tres millones de euros en relación a la anterior.

Controlar el gasto equivale a un porcentaje de acierto en los fichajes, superior al resto de equipos, que disponen de mecenas-propietarios, algo que no sucede en el Recreativo por la atípica distribución de capital social. Cualquier aficionado se encuentra en su derecho de ser abonado o no, pero no debería cuestionar sus opciones dependiendo de los refuerzos porque ser un club de Primera supone un privilegio y exige disponer de una afición leal por encima de esperar y cuestionar.

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