Zinedine Zidane

Tres años son suficientes en un club de esa exigencia para demostrar una trayectoria única

Lamentándolo mucho y a riesgo de defraudar las expectativas de quienes aún tienen la paciencia de leerme cada semana, debo decir sinceramente que aunque la actualidad política resulte irremediablemente atractiva para reflexionar sobre ella, no voy a hacerlo. Naturalmente, me importan la moción de censura y el ascenso del amigo ZPedro a la Presidencia del Gobierno, pero ciertamente me resulta mucho más gratificante comentar el otro gran hecho, tal cual es la dimisión de Zidane.

Y es así porque frente al tacticismo, el ego por encima del interés general, la ausencia de valores consolidados por encima de la ambición exclusiva del poder, desde luego por las vías reglamentarias y democráticas sin duda, nos encontramos con la ejemplaridad del triunfador que renuncia a su posición privilegiada de vencedor histórico frente al perdedor que llega al puesto de privilegio, repito, democráticamente, pero sin revelar los costes generales de ese ascenso consensuado.

Se va, pues, un ganador -Zidane- consciente del desgaste sufrido en tres años de éxitos continuados y no siempre reconocidos: flor; alineador… más el correspondiente bufón televisivo que se autoproclama catedrático futbolístico y es, simplemente, un ventajista fracasado que no acepta el éxito ajeno y no necesito nombrarlo, la nocturnidad televisiva le da un protagonismo exagerado. Pues bien, frente al esperpento, la honestidad futbolística, el respeto a sus jugadores aunque le fallen -la derrota copera con el Leganés le deja huella profunda-, lecciones continuas de criterio ético y, sobre todo, saber ganar y perder… para irse con la sensación del deber cumplido hasta el límite en una demostración de madridismo inmensa.

Tres años son suficientes en un club de esa exigencia para demostrar una trayectoria única o acaso ¿hemos obviado la situación de cuando llegó y de ahora que lo deja? No tengo más espacio, pero, al margen de los títulos hay ejemplos futbolísticos intencionadamente no resaltados. Por ejemplo, el segundo tiempo de la final de Cardiff… En definitiva, discúlpenme por hablar hoy de Zizou y no de ZPedro. Tiempo habrá de hacerlo y Dios quiera que bien -tengo mis dudas y temores- sería prueba de que nos irá favorablemente a todos.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios