La esquina

José Aguilar

jaguilar@grupojoly.com

Yolanda escucha, suma y sueña

Podemos está decididamente en contra de su criatura, que le ha salido rana y se reserva para las generales

La vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, que es la ministra mejor valorada y la más mimada por el presidente Sánchez (negocia con ella, no con su aliado oficial, que es Unidas Podemos), camina a pasos agigantados hacia la insignificancia. Llegó al estrellato político como fulgurante joven promesa y corre el peligro de quedar en joven promesa para siempre.

Quien la designó digitalmente, Pablo Iglesias, ya se ha arrepentido de largo. La indujo a liderar un Podemos renovado, más abierto y transversal, a frenar su declive electoral y curar su debilidad orgánica en casi todos los territorios de España, sustituyendo con su carisma y humanidad la imagen prepotente, sombría y tormentosa que él mismo proyectaba.

Ella se tomó el encargo tan en serio que intenta hacer algo completamente distinto: una plataforma con mucha presencia de la sociedad civil -mucha en términos relativos, claro, porque se ciñe a la sociedad civil de la izquierda no socialdemócrata- y poco peso de los partidos, empezando por Podemos, que pasa a ser actor secundario. Todo es secundario, salvo Yolanda Díaz, que ha decidido dedicar los próximos meses a escuchar. Sumar es el nombre de la plataforma. Como no se da ninguna información sobre el proceso de escucha, hay que concluir que se está escuchando poco. Quizás es por el verano. Sumar, lo que se dice sumar, sólo se ha sumado el partidito de Íñigo Errejón.

Podemos está decididamente en contra de la criatura que le ha salido rana. Ha anunciado, de modo oficial u oficioso, que no se integrará en Sumar, sino que se ofrece, en su caso, para formar una coalición con Sumar negociando con la plataforma… si es que cuaja. Repite el modelo que tan buenos resultados -es ironía- les dio en las elecciones andaluzas: 5 escaños de 109 (tres de Podemos, una de Yolanda y otra de Errejón). Es lo que tiene sumar dividiendo. Y en nombre de la unidad, por supuesto.

Lo que sí ha declarado oficialmente Yolanda Díaz es que Sumar no estará preparada para participar en las elecciones autonómicas y municipales de 2023. O sea, que se reserva para las elecciones generales, con la insensata idea de que no importa la carencia de diputados, senadores, alcaldes concejales, líderes locales y referentes sociales que vayan generando simpatía hacia el nuevo proyecto, que bastará con su posterior candidatura a La Moncloa y su personalidad carismática para aglutinar a la mayoría social que ansía la transformación real de España.

Y todo por alcanzar el 10% de los votos. ¿No será esto un bluff, como sentenció Alfonso Guerra?

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