La esquina

José Aguilar

jaguilar@grupojoly.com

Vox como perro ladrador

Vox se repite: amenazas que no surten efecto, ultimátums que no se cumplen y bravuconadas que no tienen consecuencias

En política se puede hacer todo, menos el ridículo, dijo Tarradellas cuando Santiago Abascal aún iba en pantalón corto. La actitud de Vox en Andalucía en relación con el Gobierno del PP y Cs roza de vez en cuando el ridículo, y siempre por el mismo motivo: la amenaza que no surte efecto, el ultimátum que nunca se cumple, la bravuconada que no tiene consecuencias.

Ahora ha sido por la declaración de Abascal como persona non grata por parte de la Asamblea de Ceuta debido a su incendiario y xenófobo discurso en dicha ciudad cuando la última crisis provocada por Marruecos. Para empezar, el PP, que gobierna Ceuta, no votó a favor de la reprobación, sino que se abstuvo. Después, esto de las declaraciones de personas no gratas es una bobada, un jueguecito con el que se entretienen los políticos para socavar a sus adversarios cuando tienen mayoría. No cambian nada. Ni el voto ni las simpatías de los ceutíes se ven afectados por lo que proclamen sus actuales concejales. Sólo una resolución por unanimidad tendría cierto significado político, más bien simbólico.

Pero a lo que vamos: la sección andaluza de Vox, que es un simple altavoz de la dirección nacional, se ha apresurado a exigir que Juanma Moreno se pronuncie contra el presidente popular de Ceuta por haber propiciado, con su abstención, la condena de Santiago Abascal en la ciudad norteafricana. Y si no se pronuncia en este sentido, la ruptura será inevitable, dijeron. Ni ha habido pronunciamiento ni lo habrá.

Tampoco habrá ruptura, por más que los voxeros -hablo en plural porque ya llevan tres portavoces en el Parlamento andaluz en lo que va de legislatura- juren expresamente que no lo van a consentir y que es el PP el que "rompe con nosotros". Nadie les cree. Porque no les pueden creer: ya amenazaron con dejar caer al Gobierno de la Junta por no haber implantado el llamado pin parental en las escuelas y, más próximamente, por haber acogido a un puñado de menores inmigrantes traídos de Ceuta tras el asalto de primavera. Siempre advierten de que sin ellos no habría presupuestos de la comunidad autónoma. Pero siempre reculan, y ya sólo les queda pendiente un presupuesto (2022) para materializar ese ultimátum que nunca llega.

Vox da palos de ciego. Ya sabe que nunca será el partido mayoritario de la derecha y que no puede arrebatar más votos al PP desde posiciones extremistas. Hay que comprender su desnorte. Poco mordedor.

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