Veracidad dudosa

Muchos gobernantes no atienden a lo que da solidez y fortalece a las sociedades

En unas elecciones municipales hubo un partido que arrebató la alcaldía al que venía ocupándola y, no sólo eso, ganó por mayoría absoluta. Miel sobre hojuelas porque dicho escenario permitía al nuevo equipo de gobierno cumplir su programa con una cierta comodidad pero para ello, como es lógico, había que saber cómo estaba la cuestión de los dineros. Estudiado el asunto, se comprobó que era un desastre. La institución debía por todos lados y a la vista de los datos se fijó como objetivo primordial sanear las arcas del Ayuntamiento, lo que suponía recortes y un control exhaustivo del gasto. Con sus medidas lograron, hacia el final de la legislatura, mejorar en gran medida la situación económica de la institución, lo que facilitaba realizar inversiones y optimizar la prestación de servicios. Entonces, volvieron las elecciones y dicho grupo se presentó, orgulloso de lo alcanzado. ¿Y qué ocurrió? Que de la mayoría absoluta pasó, prácticamente, a desaparecer. Obtuvo muy pocos votos, por lo que sería otro equipo el que gestionara el buen estado de las finanzas y rentabilizara el trabajo que había llevado a cabo. ¿A qué conduce este tipo de realidades? Pues a que muchos gobernantes estén en campaña permanentemente y se interesen más por lo inmediato y por soluciones a corto plazo, que por aquello que termina dando solidez a una sociedad, fortaleciéndola de manera que pueda resistir suficientemente todos en embates que puedan originarse. Y esto es lo que puede deducirse de la mediática comparecencia de Pedro Solbes -exvicepresidente del Gobierno con Rodríguez Zapatero, entre 2004 y 2009- ante la Comisión de Investigación de la Crisis Financiera que se desarrolla en el Congreso. El mencionado admite ahora que se equivocaron totalmente en las previsiones económicas y que no detectaron la fuerte recesión en 2009. Cabría decir, irónicamente, que estupenda la autocrítica. Pero ¿quién se cree que no sabían lo que estaba sucediendo y lo que se esperaba, en un mundo con tantas posibilidades de información y comunicación? Nos mintieron, vía explícita o por ocultamiento, y favorecieron las nefastas consecuencias que sobrevinieron, al no tomarse las medidas necesarias para su amortiguación. Las campañas electorales permanentes tienen esos resultados. Pero la culpa no es sólo de los políticos y sus partidos; alguna tenemos los ciudadanos. Somos libres con nuestros votos, así que seamos responsables cuando los depositamos porque después las malas decisiones las pagamos todos.

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