Visiones desde el Sur

Vázquez Díaz

¿Hacemos todo lo que podemos para mantener viva la figura de este gran pintor onubense?

En 1921 Juan Ramón Jiménez proponía a Vázquez Díaz como ejemplo y camino para lo que consideraba la necesaria "vuelta al orden" de la expresión plástica. En la década anterior y hasta principios de los veinte, Vázquez Díaz fue uno de los creadores alineados con el ultraísmo, el más radical de entre nuestros movimientos de vanguardia.

Desde 1906 a 1918, mientras residió en Francia, compartió anhelos y frustraciones junto a Barradas, Robert y Sonia Delaunay, Jahl, Paszkiewich, Bourdelle y Norah Borges entre otros muchos monstruos del arte de los que pululaban entonces por los barrios parisinos, en esa bohemia compleja y vanguardista formada por una serie de adelantados visionarios que luego quedarían para la historia de la literatura, la pintura, la escultura y, por qué no decirlo también… para una otra nueva forma de entender las relaciones sociales y la política.

Pero Vázquez Díaz, que falleció en 1969, nos dejó en herencia la solidez estructural de un grande de la pintura española. No en vano, retrató a Unamuno, Rubén Darío, Juan Gris, Modigliani, Alfonso XIII, Ortega y Gasset, D'Annuncio, Sorolla, Pérez Galdós, Anatole France, Eugenio D'Ors, García Lorca, Marañón, Zuloaga…, y a un innumerable elenco de figuras representativas de la época.

Sus pinturas sobre el río Bidasoa y las del municipio de Fuenterrabía marcan a fuego en la historia contemporánea española a un pintor de raza, tristemente desconocido aún por la mayoría de la ciudadanía.

Hace unos años y durante mes y medio, Vázquez Díaz fue la estrella del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía en Madrid en la que colaboró el Museo de Bellas Artes de Bilbao; exposición de la que disfruté varias veces como si de algo mío, telúrico, ancestral, genético si quieren, se tratara. Ante esto, sólo unas preguntas con carácter constructivo: ¿No debiera cuidarse con más celo la memoria de Vázquez Díaz? ¿Hacemos todo lo que podemos para mantener viva su figura? ¿Es suficiente el haber creado un Museo en Nerva, conservar adecentados los frescos de La Rábida y una exposición parcial en el Museo Provincial, aparte de los fondos que no pueden verse? Creo que es necesario y de justicia que se dieran algunos pasos más. ¿Cuántos alumnos de bachiller o incluso universitarios nacidos en la provincia, conocen la magnitud de la vida y el legado de este pintor onubense? Pienso que si se hiciera una encuesta arrojaría resultados poco gratificantes, y es una pena.

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