El urbanismo siempre un tema que preocupa en el desarrollo de una ciudad. En Huelva, por su estructura peculiar se nota fácilmente las dificultades existentes en una planificación correcta de su mapa urbano y en consecuencia para un ordenamiento adecuado para su callejero.

Hace más de medio siglo, ese gran arquitecto y amigo que fue Alejandro Herrero, escribió una historia sobre la ciudad de Huelva, donde nos daba a conocer de forma fácil, a los no profesionales en la materia, la estructuración urbana de nuestra ciudad.

Aquellos artículos, en forma de serial se publicaron en el diario "Odiel", portavoz de todos los sentimientos y esperanza de futuro de Huelva.

Cuando los onubenses quisieron transformar la ciudad, se encontraron que la extensión de su plano urbano se veía cerrado por dos líneas ferroviarias que impedían su desarrollo a menos que se saltasen las mismas.

Unos artículos muy ilustrativos para quienes pretendan comprender ciertas dificultades técnicas urbanística existentes hoy día.

Sigo con todo interés el trabajo municipal que viene desarrollando en esta materia el teniente de alcalde y concejal de urbanismo Manuel Gómez, en una labor esforzada, permanente y a mi juicio con acierto. Últimamente se nos habla de las ventajas de las calles peatonales, de la reurbanización de otras y de los planteamientos que fuerzan la apertura de las nuevas, en la lógica expansión de la ciudad.

Nos anuncian un arreglo muy necesario en la calle Palos y adyacentes, falta hace, pero no debe olvidarse la comunicación de esta vía con la Avenida Italia, cuya ausencia obliga una enorme vuelta por la Avenida de Alemania y calle Puerto hasta la plaza de Quintero Báez.

El tema del cabezo de la Joya, se estudia con interés y ya se proponen soluciones acordes con su importancia arqueológica. Habrá transformaciones en la plaza de la Merced, ¡cuidado! las de las últimas décadas fueron nefastas, para un enclave típico y tradicional de la ciudad. Paulatinamente los barrios van efectuando cambios notables, aunque la enorme extensión de Huelva haga más difícil su modernización rápida.

Así seguiríamos con muchas observaciones necesarias para la buena imagen onubense y sobre todo la conservación del casco antiguo de la ciudad, que poco a poco va desapareciendo.

Además de los trabajos que se están haciendo y que merecen nuestro aplauso, debemos concretar detalles urbanísticos que el publico agradece y cuyos montantes económicos son asumibles. Queda mucho, mucho, por hacer, pero la perseverancia y el trabajo continuado ayuda a ir resolviendo los variados asuntos que el montaje urbanístico de una capital de provincia merece, aunque la nuestra esté tan olvidada del poder central del gobierno de la nación.

La proyección urbanística que a mediados del siglo pasado se estudió estaba bien hecha. Continuémosla con los debidos retoques del planteamiento que los tiempos nos marcan.

La planificación urbana de una ciudad que se transforma y crece es siempre difícil y tiene que tener percepción de futuro. La labor que se está siendo es buena. Adelante.