La verdad es que, si no fuera porque uno tiene la paciencia suficiente, no sería capaz de tragarse cada miércoles ese "diálogo para besugos" en el que se han convertido las sesiones de control al Gobierno. Da igual lo que se pregunte porque la respuesta, naturalmente, ya preconcebida y estudiada, responde al contenido del argumentario prefabricado en la factoría propagandística monclovita y que está adaptada a las circunstancias predominantes del momento y con utilización parcial de la hemeroteca. Pero sí, te invita a café. Pues bien, ese argumentario de actualidad está plagado de la nomenclatura virtuosa tan útil, si la pronuncia la izquierda, porque nadie negará el positivismo del término "patriota" en bocas gubernamentales se convierte en facha si lo pronuncia cualquiera de la bancada de enfrente.

Se puede acusar de afanes golpistas o derrocadores al oponente y pedir se retire el término del acta de sesiones, cuando ello afecta a quienes fueron rebeldes, pasaron a sediciosos y van camino de simples desobedientes.

Se defiende a ultranza la independencia y autonomía: "¿De quién depende la Fiscalía?... pues eso", cuando junto con la Abogacía del Estado, se empeñan en conseguir la nulidad procesal de una investigación y se desacreditan los informes pertinentes manejados por el Juzgado. ¿Cuántas veces el informe pericial del forense ha sido decisivo en cualquier causa? Es más, si tan clara es la ausencia de irregularidades, ¿por qué el propio afectado no tiene la gallardía de presentarse voluntariamente a declarar? ¿Sería tan anómalo que se diera el caso de Francia o Italia, donde la Justicia requiere explicaciones a los gobernantes? Eso no, pero sí al rey emérito -si ha delinquido, que lo pague- como referente de que estamos en un "proceso constituyente", desapercibida afirmación disfrazada de lapsus, por el ministro de Justicia, y verdadera razón oculta de ser, de este Gobierno de coalición.

Mucho, de conspiraciones, recuerdo de las judeomasónicas especulativas del dictador exhumado, en un paralelismo argumental dudosamente democrático. Crispación, odio, poca vergüenza… hasta quejas por alardear de superioridad moral alguien de la derecha puesto que ello es patrimonio propio de los no conservadores… descapotables, de palos de golf, Gürtel, Púnica… pocos ERE, direcciones generales a dedo, suites en sanatorios privados, helicópteros para conciertos, mansiones… ¿Puede alguien tirar la primera piedra? Mientras tanto, el ciudadano desorientado: mascarillas no pero sí; distancia 2 metros, pero no, 1,5; como máximo, tras 3 meses, visitas interprovinciales, los alemanes, en masa a Mallorca y los equipos de fútbol, libre circulación… Pero bueno, "¿me aceptan un café?".

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