Seguro que muchos entre los que se paren a leer estas líneas en plena época navideña están en disposición de tomarse unos días de vacaciones y dedicárselos a su familia o a sí mismos. Es el principal momento de asueto tras el periodo estival y una ocasión propicia para hacer planes especiales y salir de la rutina habitual.

Probablemente no tenemos mejor ocasión que ésta para dedicar también el tiempo a nuestra tierra, a redescubrir nuestra provincia, nuestros rincones, nuestros pueblos. A reencontrarnos con nuestra gente a un golpe de kilómetros en carretera, a una escapada más accesible ahora que ya el precio de la gasolina nos da un respiro en estas fechas.

Hace un par de semanas me comentaba alguien de fuera, visitante recurrente en la provincia, que Huelva era una revelación para su familia, con tanto, y tan bueno, desconocido hasta ahora para ellos. Tenían ganas de descubrir y saben que tienen mucho territorio virgen por delante, para las vacaciones y para cualquier fin de semana del año, que es tan buen momento para hacerlo como unas fiestas navideñas.

Días atrás me sorprendían en mi familia de otra provincia con una llamada mientras disfrutaban de un suculento desayuno en un pueblo del Andévalo tras una improvisada escapada mañanera. Nada mejor para empezar el día que una tostada con aceite y jamón de la tierra para recordar que Huelva es un paraíso que invita a perderse en la menor ocasión que podamos.

En eso es verdad que no tiene que venir nadie de fuera para decírnoslo, pero sí es conveniente que de vez en cuando nos abran los ojos y nos recuerden que no tenemos que irnos muy lejos para disfrutar de una variedad extraodinaria de recursos que parecen valorarse más por los visitantes que por nosotros mismos en nuestra tierra.

En esta confluencia de conversaciones estos días sobre las maravillas que tenemos en esta provincia me hablaba gente de aquí, no de fuera, de la extraordinaria experiencia que es pasar un fin de semana en Aroche conociendo el yacimiento romano de Turóbriga, o su nueva oferta de alojamiento, a la altura de los mejores paradores nacionales de turismo. Es parte del encanto de esta Sierra de cuento que hay en la provincia, con Aracena como una de las joyas más reconocidas, igualmente con opciones singulares para el hospedaje, o con innovadoras propuestas culturales en espacios restaurados que se pueden encontrar ahora mismo en núcleos tan sencillos como La Nava, y senderos al encuentro de la naturaleza en paisajes de ensueño en esta época, también en el entorno minero andevaleño, que es traslación incluso de paseos extraterrestres en superficies marcianas.

Planes singulares en Huelva

La extraordinaria riqueza de esta provincia nos propone planes singulares a pie de playa, en la propia capital, a un paso en El Condado, en el Andévalo de belleza singular y en una Sierra que en este recién entrado invierno ofrece algunas estampas que son envidiadas incluso al norte del país o de Europa, de donde tantos han elegido Huelva como destino rural para sus años de retiro vital.

Es por eso que estas fechas son una oportunidad inmejorable para mirar al interior y escaparnos a redescubrir nuestra propia provincia. Realmente a descubrirla, porque, seamos sinceros, hay muchos rincones y muchas propuestas que desconocemos. Sólo sabemos de ellas de oídas, de haberlas conocido a través de un reportaje en el periódico, de comentarios de amigos y conocidos, seguramente de los contenidos que Huelva Información ofrece a través de su portal web Huelva, tu destino, que tanto está haciendo en el último año y medio por cantar las excelencias turísticas y gastronómicas de esta tierra, a veces reflejando lo que otros relatan sobre ella en el exterior.

Tenemos en estas vacaciones tarea pendiente los onubenses. Debe ser nuestra obligación conocer mejor que nadie lo que esta provincia ofrece. Porque es la nuestra y porque, precisamente por ello, no hay nadie mejor que nosotros mismos para recomendar fuera lo que aquí espera a cualquier visitante. Debemos ser los mejores influencers, prescriptores natos de Huelva.

Ahora que tanto se habla de la despoblación que sufren los entornos rurales, reflejada en las cifras del padrón municipal revisado que el INE ha publicado hace unos días, nuestra contribución a paliarla debe ir encaminada también a darles su valor y favorecer una actividad económica y social que los salve de una condena injusta a la desaparición.

Aprovechemos las enseñanzas de una pandemia que en los tres últimos años ha venido a recordarnos que lo cercano tiene más valor, aliado con las ventajas de las nuevas tecnologías, capaces de anular distancias para conciliar lo auténtico de nuestras raíces con el avance de un mundo global actual que no entiende de fronteras.

Seguro que estas vacaciones de Navidad sirven para encontrarnos con la grandeza de Huelva y animarnos a alimentar ese vínculo a lo largo del año durante fines de semana. Hagamos los deberes y saquemos la mejor nota.