Alto y claro

José Antonio Carrizosa

jacarrizosa@grupojoly.com

Suma de debilidades

El cambio en Andalucía se produjo por la suma de un PP débil con los nuevos actores que habían llegado a la política

Una teoría difundida hace ya décadas por algunos estudiosos del último cuarto del siglo XX en España, entre ellos el desaparecido Manuel Vázquez Montalbán, señalaba que el éxito de la Transición se fundamentaba en una suma de debilidades. Por un lado, estaba que la encarnaban las élites más despiertas de la agonizante dictadura, conscientes de que tras la muerte de Franco iba a ser imposible mantener siquiera un sucedáneo del régimen surgido de la guerra civil. Por el otro, la de la entonces desorganizada oposición democrática, encabezada por el Partido Comunista, que sabía que no tenía respaldo social suficiente para imponer por la fuerza un cambio de sistema. A mediados de los años setenta España era una sociedad de clases medias que huía de cualquier aventura que pasara por la desestabilización y la incertidumbre. El pacto de la transición permitió que los franquistas no perdieran sus privilegios y que los demócratas alcanzaran el protagonismo que permitió la conversión del país en una democracia avanzada. Una historia de éxito, aunque ahora esté cuestionada.

En política, la confluencia de debilidades produce avances sustanciales que despejan el panorama y ayudan a establecer condiciones nuevas. En Andalucía, hace tres años, la alternancia tras casi cuatro décadas de dominio absoluto de un único partido también se produjo por una suma de falta de fortaleza. El PSOE había sufrido un enorme desgaste tras su larga permanencia en el poder y había perdido una parte significativa de su apoyo electoral, pero el PP seguía siendo un partido estructural y socialmente raquítico que era incapaz por sí solo de romper la hegemonía socialista. Fue la alianza de la derecha con los nuevos actores llegados a la política andaluza lo que permitió el cambio y derivado de él un afianzamiento del PP sin precedentes desde que existe como partido.

Lo que falta por saber en Andalucía, y no lo sabremos hasta que se abran las urnas,es hasta qué punto la suma de debilidades que trajeron el cambio de hace tres años han dado lugar a una nueva situación en la que el PP se va a poder consolidar por sus propios medios. Si finalmente Ciudadanos queda reducido a la nada y Juanma Moreno tiene que meter a Vox en su Gobierno, Andalucía no habrá logrado crear un nuevo modelo político y el cambio quedará en precario. Si logra prescindir de la extrema derecha sí se podrá hablar de que se han sentado las bases para un cambio duradero. Está por ver.

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