Paco Huelva

Sistemas

Debemos pasar de partidos, sistemas,tendencias, modas y manadas y ahondar en lo que nos hace singulares

No resulta fácil enunciar lo que se siente por mucho que las personas tengamos a las palabras como medio de expresión de ideas y de conceptos. Incluso, aún dedicándote a profesiones en donde la misma, ya sea en forma oral o escrita, sea el elemento sustancial para la transmisión de mensajes concretos y así hacer posible la comunicación entre los seres humanos: el diálogo, la discusión y el nacimiento de una resultante que sea aceptada por la mayoría de las personas, en la que debería encontrarse la opción más asequible y equitativa para una colectividad dada.

Pero, si uno lo piensa bien, esto es una monserga de mucho cuidado, en un mundo dominado por mensajes contradictorios que se anulan entre sí y que son derramados como lluvia fina sobre nuestras entendederas por artefactos creados exprofeso y en donde los algoritmos deciden por nosotros a quiénes debemos de votar, qué película ver, qué libro leer, qué comer, qué comprar y dónde, con quién quedar para hablar e incluso para cuestiones más íntimas y profundas, de qué color ha de ser el iris de nuestros hijo, qué hacer el fin de semana, en definitiva… de qué manera vivir cada instante de nuestras vidas. Y esto es realmente así y si usted cree que tiene el dominio absoluto de lo que piensa y de lo que hace, sin injerencia alguna, mejor se lo hace mirar porque ha sido contagiado y abducido por un sistema determinado aparte de por la ignorancia.

Antes de que el mundo tal como lo conocíamos se fuera al carajo, con la aplicación de instrumentos que permiten hacer en millonésimas de segundo operaciones matemáticas, que, si debieran ser ejecutadas a mano tardaríamos miles de años en realizarlas, teníamos unos marcos morales y éticos de referencia sobre los que basar nuestros comportamientos.

Hoy, todo ese mundo, aunque nos empeñemos en vivir en él, ya no existe excepto en nuestra imaginación. Hemos pasado a ser objetos de cálculo, números, fichas…, cada una de las cuales tiene una receta que cumplir para que se acople de manera adecuada al sistema en el que andamos inmersos sin que lo sepamos.

Con esta perspectiva cuál debiera ser el objetivo de nuestra vida, podríamos preguntarnos. Y no se me ocurre otra respuesta que la de ahondar en nosotros mismos. Pasar de sistemas, de partidos, de tendencias, de modas, de manadas y… ahondar en lo que nos hace singulares; no en lo que nos iguala y nos rasa, no, en lo que nos hace únicos, diferentes, raros, extraños.

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