Alas de mariposa

"Sincericidas"

El sincericida dispara flechas envenenadas. Su sinceridad jamás será usada para decirte algo hermoso; todo lo contrario

Antes de nada, quiero pedir disculpas por el uso que voy a hacer de este "palabro", que la RAE todavía no contempla, pero que lo hará en breve, si no evitamos esta especie de epidemia que nos invade.

Y ya que la RAE aún no los define, permítanme mi propia definición y su desarrollo.

Llamo "sincericidas" a las personas mitad sinceras y mitad homicidas.

Dicen que ya se quitaron los filtros, que no andan con paños calientes, que expresan la verdad a golpe de navajazo, si es necesario. Atención: SU verdad. De pronto recuerdo que cada grifo de mi casa tiene un filtro, que son necesarios para no salpicar, incluso para ahorrar agua. Pero al sincericida no le importa ahorrarte dolor, ni clavarte en el hígado su machete hasta la empuñadura, hacer de un diálogo, - disfrazado de inocente e incluso cariñoso -, una película de Tarantino, y si salpica tu sangre a los cristales de la ventana y a los de la mesa de al lado, no importa, que ellos van con la verdad por bandera. Pero, curiosamente, el sincericida solo dispara flechas envenenadas. Su sinceridad, discutible o no, jamás será usada para decirte algo hermoso, sino todo lo contrario. Y podrás oír que estás más calvo, más gordo, más equivocado, más viejo, más torpe, más imbécil… El sincericida, que hace alarde de verdad sin límites, a menudo abusa de ella, la transforma a su antojo, la recrudece o la manipula sin importarle un bledo tu sensibilidad, tu autoestima, si te está rompiendo el corazón en mil pedazos o, simplemente, si te está faltando el respeto. Y entonces es cuando la supuesta verdad se convierte en el arma homicida y parte de ti muere para siempre.

Hago, desde aquí, un llamamiento a los sincericidas, a los que piensan que, por la sinceridad, todo vale. Si van a seguir sin tamiz por la vida, abandonen el machete y cámbienlo por abrazos. Úsenlo para decir cosas positivas, constructivas, que no hieran, porque quiero pensar que también se rodean de gente linda. Vean y digan las verdades más amables que tengan delante de sus ojos. ¿Se imaginan el cambio? Qué bonito tienes el corazón. Me encanta tu sentido del humor. Eres una buena persona. Te admiro. Me encanta tu forma de ser. Aprendo mucho cuando estamos juntos. Sin ti, mi vida estaría muy vacía. Eres súper divertido. Ojalá pudiéramos vernos más. Tienes un pelo precioso. Te añoro cuando soy feliz y no puedo compartirlo contigo. Eres un ser maravilloso. Te quiero.

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