Antonio Carrasco

ancarrasco@huelvainformacion.es

Simulando los simulacros

Piensas en lo que sería una catástrofe natural sin las infraestructuras tan modernas que tenemos y tiemblas

Sirenas, actores, despliegue de medios, muñecos simulando heridos y por supuesto dirigentes al frente del dispositivo. El simulacro fue total y absoluto, hasta el punto de llevarnos a plantear escenarios irreales para una provincia que está absolutamente lista para afrontar cualquier emergencia que se le presente. Nadie puede pensar lo contrario. El ejercicio de ensayo ante una catástrofe natural demostró lo preparados que estamos. Fue tan real que hasta nos creímos el riesgo. Suerte que cuando pasa el primer impacto la realidad nos muestra lo fuertes que somos frente a esas adversidades.

Uf, sólo fue un ensayo. Menos mal. Es lo que pensamos cuando vimos las imágenes. Eso aquí es imposible que suceda. En una catástrofe real, la población de una capital de provincia como Huelva y su costa occidental no tendrían ningún problema en ser evacuadas o desalojadas ya que tendrían al menos los dos únicos puentes que la unen abiertos, preparados, iluminados, con carriles de emergencias y adaptados a cualquier circunstancia que ante una catástrofe natural o humana pudiera surgir. Debe ser terrible para quienes tengan que convivir con situaciones así o preocuparse por ellas. Por suerte eso en los puentes Sifón y el del Odiel no pasa.

Imaginando esa ola terrorífica que se acerca uno respira tranquilo porque todos los núcleos costeros de la provincia de Huelva se encuentran conectados de forma directa con las principales vías de acceso terrestre. ¿Qué sería de nuestra costa si tuviésemos que salir corriendo y embotellarnos en un atasco de kilómetros en carreteras comarcales antes de llegar a un autovía? Se te queda mal cuerpo de pensar que fuese así.

¿Y qué decir del agua? Por suerte el acceso a un recurso tan básico e imprescindible lo tenemos a salvo. Una infraestructura moderna, en perfecto estado de conservación y reforzada para incrementar el abastecimiento como el túnel de San Silvestre está libre de ser quebrada por el temblor de tierra o con las conducciones rotas. Algo así solo puede ser planteado en un simulacro. Impensable aquí.

Estamos tranquilos. Somos unos afortunados sabiendo que nada de eso puede ocurrir. Es solo un simulacro. Nada que ver con la realidad.

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