CON la campaña electoral y los candidatos de un pueblo a otro, al final la política de a pie se ha quedado al margen del día a día. Consciente o inconscientemente, el pulso está frenado hasta dentro de dos o tres días, cuando la resaca electoral se diluya y los partidos retomen sus actividad normal. Hasta entonces tendremos que esperar, por ejemplo, a que se tomen decisiones para limpiar las calles y parques más y mejor que hasta ahora, que a los ayuntamientos les ha tocado el euromillón. La suciedad que poco a poco se va adueñando de pueblos y ciudades es, dicen, porque no hay dinero ni para pagar a los empleados ni para comprar escobas, lo que deja una sensación difícil de explicar de cara a la Semana Santa, fecha señalada en los calendarios de hoteleros, restauradores y pueblos playeros. El ajetreo electoral ha dejado en Babia a más de uno y el tiempo juega en contra de los intereses turísticos. Unos por otros y la casa sin barrer.