tiempo de academia

Francisco José Martínez López

Academia Iberoamericana de la Rábida. Catedrático de la UHU

Semana Mundial del Espacio

Celebramos la Semana Mundial del Espacio. Un tema muchos más importante de lo que la liquida actualidad de peleas políticas y banalidades nos deja la realidad informativa diaria. Por eso en la resolución 54/68 de 6 de diciembre de 1999, la ONU, a través de su Asamblea General instauró la Semana Mundial del Espacio, que se celebra entre el 4 y el 10 de octubre, para conmemorar las importantes y, a veces desconocidas, contribuciones de la ciencia y la tecnología espaciales.

Cuando era un niño vino a casa una persona vendiendo Enciclopedias y mi padre no le compró ninguna, pero vio una colección de libros sobre ciencia espacial llama "historia de la creación" y esa sí la adquirió. Desde entonces pude comprobar la inmensidad del universo y lo poco que sabíamos de él. Luego unos años después me gasté todos mis escasos ahorros en comprar un libro que me costó 1.600 pesetas, la obra Cosmos de Carl Sagan, libro y serie de televisión que consulté y vi con avidez, pues ya contenía muchos más avances que la colección de libros que yo atesoraba de mi niñez.

Y es que, de todos los campos científicos, el que más ha avanzado en los últimos años es sin duda el conocimiento del espacio. Quizás porque partíamos de tener escasas certezas en esa área y también porque las grandes preguntas a las que nos enfrentamos los hombres están en esa órbita, quiénes somos o a dónde vamos.

La exploración espacial nos está enfrentando a retos que hacen avanzar otros campos científicos y es muy importante su potenciación. Hay quien critica la inversión en este ámbito, alegando que el mundo tiene muchos otros problemas, pero creo que es de los fondos mejor gastados.

Sobre todo, ahora que ya estamos agotando nuestras Eras, de las que ya he escrito en esta Tribuna Tiempo de Academia en otras ocasiones. La primera que nace cuando el hombre se reúne en sociedad, la Local-Agrícola duró unos 5000 años, la segunda, la Nacional-Industrial, 500 años, y la que está naciendo ahora, Mundial-Informacional, puede que por simple seguimiento matemático dure 50. Ya es hora de que instauremos un nuevo mundo, que quizás esté compartido con otros lugares. La degradación de nuestro planeta es un hecho y como dice un chascarrillo en la ciencia espacial, "ninguna especie se salvará dentro de su propio planeta".

El hombre siempre ha buscado nuevos El Dorado, un lugar donde el hombre vive feliz, muy rico y con muchos años de longevidad. Así lo buscaron en la antigüedad los hombres de oriente y los griegos, buscado las tierras onubenses, donde situaban el jardín de las Hespérides y los campos Elíseos, tierras donde la mitología nos dice que los reyes vivían 300 años y eran muy ricos en oro de nuestras minas. Luego, los de Huelva iniciamos la búsqueda de El Dorado intentado ir al Cipango y de camino descubriendo un nuevo mundo. Hoy El Dorado está en el espacio, en la Luna y sobre todo en Marte.

Para llegar a esos lugares hacen falta hombres como los nautas griegos o los marineros de Huelva, con coraje y recursos para arribar con éxito. El mundo debe actuar de forma conjunta para conseguir estos objetivos, pues quién sabe si en el futuro, quizás más pronto que tarde, necesitemos estar allí para asegurar nuestra existencia.

Por eso, instituciones como Naciones Unidas celebra las Conferencias de las Naciones Unidas sobre la Exploración y Utilización del Espacio Ultraterrestre con Fines Pacíficos (UNISPACE) y ha creado la Oficina de Asuntos del Espacio Ultraterrestre de las Naciones Unidas (UNOOSA), que todos los años presenta su informe a la Asamblea de la ONU, promueve la cooperación internacional en el mundo del espacio y lleva el Registro de las Naciones Unidas sobre los Objetos Lanzados al Espacio.

Es necesario que fomentemos la importancia de la ciencia espacial, especialmente a los jóvenes, de forma que los inspiremos para que sueñen y dediquen sus esfuerzos a seguir avanzado en esta órbita académica, científica y empresarial.

Este año la Semana de Espacio tiene un lema muy sugerente y acertado, "Los satélites mejoran la vida". Lo que nos indica cómo los satélites están mejorando nuestra substancia, desde la predicción del tiempo, a las comunicaciones e incluso al geoposicionamiento, quién no utiliza casi todos los días su navegador basado en el Sistemas de Posicionamiento Global (GPS) para ir a todos los sitios, entre otras muchas aplicaciones.

Y es que en este campo en poco más de medio siglo hemos avanzado enormemente. Desde el 4 de octubre de 1957 en el que salió al espacio el primer satélite artificial de la Tierra, el Sputnik, ya hemos lanzado miles de satélites y seguimos haciéndolo a un ritmo cada vez acelerado, sobre todo en el proyecto Starlink de SpaceX, que está lanzando 12000 satélites en estos años, para hacer una red de Internet global.

En suma, una semana que nos debe ayudar a concienciarnos de la importancia del sector espacial, tanto para la ciencia como para la vida diaria, y la necesidad de apoyarlo por el bien de toda la humanidad.

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