Crítica de Cine fila siete

Vicente

Secuestro al límite

'CALLE CLOVERFIELD, 10'

Multicines La Dehesa Islantilla, Cines Aqualon Puerto Huelva, Al Andalus Punta Umbría y Cines Artesiete Holea Huelva.- Producción: Estados Unidos, 2016.- T.O.: '10 Cloverfield Lane'.- Duración: 103 minutos.- Dirección: Dan Trachtenberg.- Guión: Josh Campbell, Matthew Stuecken y Damien Chazelle.- Fotografía: Jeff Cutter.- Música: Bear McCreary.- Montaje: Stefan Grube.- Intérpretes: John Goodman, Mary Elizabeth Winstead, John Gallagher Jr., Bradley Cooper

Estamos ante un intrigante thriller que mezcla hábil y sorprendentemente en una trama compleja la ciencia ficción, el cine de secuestros y desapariciones, conspiraciones, claustrofobia y terror. A más de uno le habrá resultado engañoso pensar en Monstruoso (2008), cuyo título original era también Cloverfield, dirigida por Matt Reeves y producida por J.J. Abrams, quien ahora vuelve a la producción con una película muy afín con su habitual trayectoria cinematográfica. Nada que ver por cierto como muy bien saben quienes la recuerden y vean ahora la película que hoy nos ocupa. Es éste a mi modo de ver uno de esos sorprendentes estrenos que conjuga la complejidad de un guión bien articulado con abundantes sensaciones a lo largo de la acción.

Michelle ha peleado con su prometido. Enojada hace una maleta a toda prisa y huye en su coche. Parte de Nueva Orleans con dirección a Lake Charles. A través de la radio oye que unas misteriosas sobretensiones eléctricas han causado cortes de energía en todo el país. Michelle no le presta mucha atención. De pronto en la carretera desierta choca violentamente con una camioneta, quedando inconsciente. Cuando vuelve en sí se encuentra en un sótano bajo tierra. Un extraño individuo llamado Howard la ha encerrado. Él asegura que la ha salvado del día del juicio final ya que un destructivo ataque químico ha asolado la Tierra. En el refugio también está el vecino de Howard, el habilidoso Emmet, que le ha ayudado a construir la que parece un bunker antinuclear, quien confirma que un ataque químico fuertemente contaminante, ha acabado con todos los habitantes y el aire es irrespirable. Pero pronto la teoría de Howard, un tipo grueso, implacable y severo a quien no le gusta que se digan tacos en la mesa, resultará confusa y poco creíble para Michelle y Emmet. Ambos empiezan a vivir una terrible pesadilla.

Con estos elementos Dan Trachetenberg construye su opera prima que logra suscitar en cada plano una atmósfera de tensión creciente y de angustia progresiva.

En toda una gran parte de la película el relato supone toda una contundente ruptura con lo que el público puede concebir en este tipo de historias. Un drama claustrofóbico que va adueñándose del espectador a medida que transcurre la alarmante narración que tiene mucho de esos relatos de intriga donde la reiteración de un lugar reducido -y tenemos presente la reciente visión de La habitación (2015)- resuelve con recursos muy hábiles para que, sin que deje de pesar en el espectador esa sensación claustrofóbica y su planteamiento esencialmente teatral en su estructura, propicie un creciente clima de tensión. Ello consigue que no decaiga en ningún momento el interés por las incertidumbres que va planteando tan singular argumento. Todo un puzzle, como el que componen sus protagonistas, donde inteligencia y manipulación integran las claves de una significativa metáfora de las inquietudes de nuestro tiempo.

Son valores esenciales en la consideración de la película las actuaciones de los intérpretes y exclusivos protagonistas John Gallagher, más reducida junto a sus compañeros de reparto; Mary Elizabeth Winstead con más tiempo en pantalla y muy brillante y convincente en todo momento y sobre todo John Goodman, que añade a su extraordinaria y versátil carrera actoral otro capítulo de sobriedad, contención y talento, característicos de su complejo personaje. Un prometedor debut en la dirección de Dan Trachtenberg, hasta ahora realizador de videoclips publicitarios y cortometrajes. Sin duda una película que no debe pasar desapercibida en la cartelera actual.

Quiroga

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