Desde los tiempos colegiales en los Maristas, le llamaba Santi, él me decía a mí José. Nacido en Gibraleón se llenó muy pronto de la brisa del Odiel, a fin de cuenta era la misma de su pueblo. Me estoy refiriendo a un buen amigo de toda la vida, su nombre Rafael Santiago Cotán Pinto y Núñez, como a él le gustaba repetir con todo orgullo. Hace poco el Ayuntamiento de Huelva ha rotulado una calle con su nombre y, como no podía ser menos, muy cerca del Nuevo Estadio Colombino. Justo homenaje a quien tanto defendió, deportivamente, los colores de nuestro viejo Decano. Recuerdo como allá en los años cuarenta, cuando jugábamos en el patio, entonces todavía terrizo, del Colegio en la calle San Andrés. Santi se pasaba todo el recreo intercambiando prospectos cinematográficos de los estrenos que se daban en la ciudad. Su afición al cine era enorme y su memoria para recordar nombres de astros y estrellas de la pantalla portentosa. Al pasar de los años, ya en los sesenta reclutamos a Santiago para el nacimiento de Radio Popular de Huelva, y como era de suponer él se encargó de la crítica cinematográfica, teniéndonos a todos al día de las películas que se proyectaban en las salas onubenses. Una afición que mantuvo toda su vida. Recuerdo como en los principios de la Televisión él bajaba a mi casa las madrugadas que retransmitían los Oscar del Cine. Y en esa línea hasta llegó a dirigir una magnífica sala en Huelva, el célebre Cine Emperador, propiedad de un familiar suyo, empresario cinematográfico en Sevilla.

¿Quién nos iba a decir a los pioneros de la Cope: Fernando Guinea, Vicente Quiroga, Manolo Peral, Manuel Marín y demás que Santiago Cotán a los pocos meses de abierta la emisora se iba a encargar de la sección de deportes, especialmente los comentarios, retransmisiones y alma de Recre? Y el cambio no solo resultó un éxito, sino que transformó la unión y la defensa y el entusiasmo de toda la ciudad en pro y auge del Decano.

Durante varias décadas, en la radio y en la presa, Santi fue el espíritu vivo, la voz y el apasionamiento por nuestro club onubense. Cuando fui director del Odiel Santiago no solo me prestó una gran ayuda, sino que contribuyó a resolver los variados problemas y veleidades de la afición cuando los resultados en la liga futbolística no eran como todos queríamos. Cuando el Recre jugaba fuera de casa su voz era la del equipo choquero cargado de historia. Cientos de viajes por toda España, la mayoría de las veces acompañado de su esposa, nuestra querida Juanita Arroyo. Toda una vida al servicio de la información deportiva que ahora se ha premiado con un justo recuerdo plasmado en esa calle al lado de donde tanta pasión y acierto puso a favor de nuestro equipo.

Tras sus estudios de Derecho en la Hispalense, Santi trabajó algún tiempo en el bufete de mi hermano Antonio, alcalde de Huelva, pero el balón pudo más y toda su energía a favor de los onubenses se centro en las ondas y en el papel impreso. Gracias, Santi, por tu trabajo, profesionalidad y por haber sido amigo y compañero durante toda la vida.

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