La esquina

José Aguilar

jaguilar@grupojoly.com

Sánchez vuelve a lo suyo

La alianza con Ciudadanos ha sido un espejismo: Pedro Sánchez busca restaurar el pacto de su investidura

No le importó a Pedro Sánchez ofrecerle a Arrimadas un documento desvinculando los ERTE y las ayudas económicas del estado de alarma (hasta entonces había un dogma: lo primero sería imposible sin lo segundo). Se trataba de prorrogar la alarma y sus poderes excepcionales. Inmediatamente después Arrimadas se enteró por los periódicos de que la intención de Sánchez es prorrogarla un mes más. Ciudadanos le vino bien para salir del apuro en el Congreso y aislar al PP, pero nada más.

En cuanto se aprobó la cuarta prórroga, que era lo importante, Sánchez se dedicó a desmontar el giro que suponía ganarse el apoyo de Cs y perder el de Esquerra Republicana de Catalunya. Consolidar a Ciudadanos como socio no puede ser y además es imposible, como diría el torero. Es netamente incompatible con Podemos (piensen, por ejemplo, en la política fiscal), imposible con ERC e incluso muy molesto para el PNV, que ya había sacado el máximo rendimiento a sus seis escaños -como siempre- en la negociación del estado de alarma, con desconfinamiento y desescalada a la carta, por más que se disgusten valencianos y andaluces.

Así que el presidente se puso a la tarea de restablecer el pacto que hizo posible su investidura desplegando contactos "discretos" de Carmen Calvo, por un lado, y de Ábalos y Lastra, por otro, con aquellos a los que la gobernabilidad de España les importa un comino y que ponen como única condición que el Govern pinte más en la desescalada que el resto de las autonomías (lo que ya consiguió el PNV) y que se active la mesa de diálogo para ver de qué forma España le importe aún menos de un comino mediante su separación de ella.

Con esos votos, los de Podemos y los del PSOE, más algún verso suelto defensor de intereses particularistas, Pedro Sánchez pretende seguir gobernando por decreto hasta el 24 de junio, esperar una semanita para que el Congreso acabe su período de sesiones e impedir en la Mesa que se celebren plenos extraordinarios, tomar nota del acuerdo imposible en la comisión parlamentaria para la reconstrucción y continuar dando tumbos (mascarillas de innecesarias a obligatorias, reforma de la ley de sanidad de imposible a negociable, colegios de abiertos a cerrados, rebajas en comercios sí o no, etcétera).

Esto no va a ser el Estado bolivariano ni nada parecido, sino la prórroga de un poder excepcional, inconsistente y temerario.

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