La otra orilla

Javier Rodríguez

San Franco

Franco, Queipo de Llano, Mola y los otros generales eran bellísimas personas enamoradas de la democracia

En contra de lo que la izquierda, desde su atalaya de superioridad moral, nos quiere hacer creer, Franco, Queipo de Llano, Mola y los otros generales del ejército español que se sublevaron en 1936 eran unas bellísimas personas, enamoradas de la democracia que no estaban dispuestas a que bolivarianos, social-comunistas y feminazis continuaran en el poder gracias al apoyo de la ETA y se saltaran a la torera todo el orden legal y constitucional de España. Por eso tuvieron que liderar un alzamiento que trajo, por fin, una democracia de verdad y la restauración de las libertades para los españoles muy españoles de bien.

Se empeñan en hacernos creer muchas otras cosas, como lo de que la Tierra es redonda, quieren imponernos el control de nuestras mentes a través de las vacunas y se amparan en la Ciencia para hacernos creer unas paparruchas que no tienen ningún sentido, porque, por mucho que se empeñen, a mi no me engañan y yo no he visto con mis propios ojos el virus ese y lo del viaje a la Luna es, a todas luces, un montaje cinematográfico con malos efectos especiales.

Que nos dejen tranquilos los científicos y nos dejen tranquilos los historiadores con esos documentos que justifican sus afirmaciones, con sus años de estudio y de investigación, con sus amplios conocimientos en las materias de las que hablan, sus informes, ampliamente detallados, con miles de muertos en las cunetas, miles de exiliados por medio mundo, miles de represaliados, miles de brazos usados como esclavos a lo largo de los 40 años en los que el bueno de Franco gobernó, miles de bebés robados de los que sus madres y padres todavía, a fecha de hoy, no saben nada. Que nos dejen tranquilos los constitucionalistas de medio mundo que señalan a la Carta Magna de 1931 como una de las más importantes de la historia de las constituciones de todo el mundo y la más avanzada de la Europa del momento.

A mí no van a conseguir engañarme porque yo he escuchado a un locutor por las mañanas en la radio, he visto un vídeo en internet por la tarde y una tertulia con muchos señores con corbata por la noche en la que han dicho toda la verdad sobre lo que ocurrió esos años: que los golpistas eran Largo Caballero y los suyos y que por eso Franco se vio obligado a levantarse en armas y buscar el apoyo de otros convencidos demócratas como Hitler y Mussolini para, miles de muertos después, instaurar la democracia... en el retrete.

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