Voy a hacer un poco de demagogia: si las diez personas más ricas de España repartieran la mitad de su fortuna, mantendrían un capital de 41.200 millones de euros y con lo que repartieran se podría dar mensualmente a 4 millones de personas aproximadamente el equivalente al Salario Mínimo Interprofesional. Con esos 41.200 millones de euros repartidos entre diez podrían seguir viviendo con "cierta holgura" y, probablemente, manteniendo su status de "los más ricos".

Vale, es una lógica simplona; las cosas son más complicadas; con ese patrimonio esos diez magnates (alguno de los cuales comparte apellido) generan riqueza a su alrededor; el que he hecho es un discurso contra los ricos sin fundamento… y toda esa retahíla de contraargumentos que suelen recordar los defensores de la meritocracia, del libre mercado y las desigualdades en general cuando los que ganamos lo justo hartándonos de trabajar pedimos que se ponga límite por arriba a lo que una persona puede atesorar.

Fíjense que en el supuesto virtual y demagógico que he puesto, las diez personas más ricas seguirían manteniendo un patrimonio de más de 4.000 millones por barba de media. Lo mismo podríamos incluso apretarles un poco más y fíjense que no es nada descabellado pedirles que se aprieten un poquito más, toda vez que es habitual escuchar a alguno de ellos pedir que los que ganamos lo justo seamos los que nos apretemos el cinturón, los que, pese a mantener esos pingües beneficios en sus empresas, de pronto despiden a miles de empleados porque la cosa está muy mala, mire usted.

Son mis pensamientos demagógicos los que me llevan a pensar que uno está harto de ver miseria, gente que muere en condiciones indignas después de haber vivido en condiciones indignas mientras estos señores se señorean en sus mansiones y sus bólidos, sus fiestas y sus viajes y piensa que no estaría de más limitar y repartir las riquezas un poquito, al menos mientras haya personas viviendo en la calle, en chabolas, pasando hambre, sin saber lo que son unas vacaciones…

A lo mejor, mis cuentas -cegado como estoy por mi pensamiento demagógico y mis escasos conocimientos en economía- están erradas, pero me parece a mi que, por mucho que me hubiera equivocado, existe un amplio margen para corregir esas grotescas desigualdades de las que vengo hablando, ya sea cambiando la política fiscal o ya sea mediante la implantación del salario máximo.