A Rosa Aguilar, consejera de Cultura

No volverá al Museo el Otoño Cultural Iberoamericano, ni la primavera con Latitudes

Señora consejera: es posible que le llegara a usted noticia de los cuatro artículos que en el mes de enero escribí en este diario sobre un asunto que concernía a su departamento: las inauguraciones de excelentes centros de cultura, que mejoraban los equipamientos de tres ciudades andaluzas, Málaga, Córdoba y Sevilla, privilegiadas históricamente en este ámbito; y el contraste con la penuria de dotaciones similares en Huelva, limitadas a su Museo, inaugurado hace 44 años, en un acto en el que, por la época, pudiera haberse cantado el Cara al sol. Hoy, a pesar de su diverso signo político, los gobiernos español y andaluz coinciden lamentablemente, olvidándose de Huelva a la hora de repartir los ya de por sí limitados fondos para inversiones culturales. Tal vez la explicación podamos encontrarla en sus propias palabras cuando inauguró el Museo de la Aduana: "Es el Museo por el que lucharon los malagueños". Puedo asegurarle que el pueblo de Huelva es también consciente de las carencias a que me refiero, aunque quizá sea menos reivindicativo y más conformista que otros.

Si lo anterior es grave, puede explicarse por lo que describiríamos como "asignación de recursos escasos en función de estrategias políticas basadas en criterios de aritmética electoral". Pero se ha producido recientemente otro hecho al que, francamente, no encuentro explicación lógica. Según información suministrada por la propia Consejería hace dos meses, en el vetusto Museo de Huelva "son frecuentes exposiciones temporales en colaboración con distintas instituciones de la provincia". Es exacto y en los últimos tiempos hemos podido disfrutar del estreno de una excepcional, producida por el OCIb, la de dibujos de prensa de El Roto (El País, España) y de Ángel Boligán (El Universal, México), que prepara su viaje a México después de prolongar su éxito en prestigiosas salas de Sevilla y Cádiz. Añadamos a esta las magníficas de Latitudes. Pues bien, nuevas directrices emanadas de su Consejería suprimen las exposiciones temporales, lo que se traduce en que ya no volverá el Otoño Cultural Iberoamericano al Museo, ni la primavera con Latitudes. No es aún oficial, por lo que quiero creer que es posible la marcha atrás. En todo caso es necesaria una explicación para este recorte cultural, que además no conlleva ahorro presupuestario. Confiemos en que el disparate proyectado no llegue a desastre consumado.

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