H style="text-transform:uppercase">ace una semana, sin el más mínimo eco mediático, pero con la entrañable acogida de un cordial grupo de amigos y de algunos protagonistas que figuran en sus páginas, se presentaba en el acogedor local de la Editorial Onuba el libro Revista Camino: una crónica sentimental, de Javier Bañares. Es difícil sintetizar en la limitada extensión de una columna el breve pero intenso contenido de esta publicación, que Javier ha condensado en un texto de denso significado emocional y del considerable trabajo realizado en la radio primero, en una revista impresa, en una serie de representaciones teatrales de obras de vanguardia y otras manifestaciones artísticas, que resulta ya único e irrepetible en la cultura onubense.

Y todo por parte de un grupo muy joven -entre los 15 y los 18 años- que con apasionada osadía decidimos en el páramo estéril de la cultura de Huelva de los años cincuenta, abrir nuevas perspectivas enfrentándonos a las limitaciones expresivas del momento. El nombre de Camino para aquella incipiente experiencia radiofónica nos vino impuesto y nada tiene que ver con el del libro de Escrivá de Balaguer, que desconocíamos. Sus vivencias, desgranadas con ardorosa fruición juvenil a través de las ondas, en la revista impresa, en los escenarios y en la pintura -también hubo un experimento cinematográfico, por cierto galardonado- durante seis años han sido pacientemente recopiladas e ilustradas -también gráficamente- por Bañares, integrante destacado de aquel grupo, a través de un texto inspirado siempre por su indudable calidad literaria y su ingenioso humor que se desprende de su amena y ocurrente prosa.

Ese grupo -el "Bloomsbury onubense" se le llamó- según el autor: "creó un núcleo que, partiendo de una activa inquietud cultural, fue creciendo paulatinamente en solvencia literaria, en formación de actores radiofónicos y teatrales, y, sobre todo, en sólidas amistades que en muchos casos se siguen manteniendo vivas". Y también en la actividad periodística y teatral que algunos ejercemos todavía. Aunque el núcleo original y creativo fue prácticamente el mismo durante todos estos años otros más se sumaron con el mismo espíritu que animó siempre el elenco de entusiasmo, entrega y colaboración. Enumerarlos a todos excedería la extensión de esta columna. Pero tanto los que nos dejaron -recordados con inmenso aprecio- como los que aún lo contamos, están en el libro de Bañares.

De las muchas frases que podría incluir en esta mínima recensión, me quedo con la que valora la auténtica dimensión temporal invocada por el autor: "Y gracias a Camino, en un plano más modesto, Huelva pudo asistir al nacimiento y desarrollo de un colectivo juvenil que trajo una refrescante manera de aproximación a la cultura". Lean el libro y sabrán de aquel grupo innovador, múltiple y dinámico.

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