Repensar nuestra provincia

Hay que desplegar planes de empleo y desarrollo comarcales, desde las posibilidades de cada zona

El pasado sábado, en un encuentro público en Fuenteheridos para hablar sobre cómo promover iniciativas vinculadas a la agroecología y al consumo responsable, un alcalde participante reconoció una paradoja: cuanto más se invertía en educación en su comarca, más despoblado se quedaba su pueblo. Una de esas afirmaciones que te dejan frío. En la Sierra de Aracena, como en otras comarcas onubenses, los jóvenes que prosperan educativamente no vuelven, o más bien no tienen dónde volver, ya que la falta de actividad económica lo hace imposible. Desde esa reflexión en voz alta, mirar a nuestro trocito de España despoblada, o vaciada, se vuelve más urgente que nunca.

En el citado encuentro se pusieron de manifiesto diferentes tendencias que interaccionan unas con otras y hacen que el futuro de la comarca serrana se mire con mucha preocupación. Por ejemplo, la apuesta de muchos vecinos por explotar sus viviendas como alojamientos turísticos deja sin vivienda habitual a personas que quieran trabajar en los pueblos, no hay residencia disponible. El resultado es el empobrecimiento del mercado de trabajo local, y el consecuente déficit poblacional por falta de recambio. O la certeza de que sin agricultura ni ganadería tradicional no habrá sostenibilidad ecológica en la zona, algo bastante complicado de superar porque la mayoría de las fincas son privadas y en estado de semiabandono, y además no hay canales de distribución atractivos. A este desamparo rural debemos sumarle los resultados de la encuesta de población activa publicada esta semana, que señalan a Huelva como la provincia andaluza con menor ocupación. Además nos recuerdan que estamos en el top cinco de las provincias con mayor tasa de desempleo de España, y que seis de cada diez personas desempleadas son mujeres, una brecha de género evidente que saca los colores de las políticas públicas de impulso del empleo en nuestra provincia. Nuestro desempleo crónico sumado a la pobreza rural muestran que es necesario repensar el modelo socioeconómico de toda la provincia. Ni el ciego apoyo al turismo de masas, ni la defensa a ultranza de la agricultura intensiva, han conseguido disminuir la pobreza comparada de Huelva, lo que demuestra que son apuestas erróneas. Hay que desplegar planes de empleo y desarrollo comarcales, pensados desde las posibilidades de cada zona y diseñados por la población civil junto a las administraciones.

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