Hace 6 meses y durante las conversaciones para formar gobierno en la anterior legislatura escribí: "…está costando una barbaridad, es como si el sistema se retorciera cerrándose sobre sí mismo para evitar cualquier intromisión; me refiero a la posibilidad de que Unidas Podemos pueda sentarse ahí donde se deciden las cosas, y a que el PSOE se preste a compartir la mesa con gente que está a su izquierda...". Pues esta vez sí, tras una legislatura fallida, una campaña electoral aburridísima y la constante hipérbole de la derecha española, Unidas Podemos se sentará en el Gobierno.

Creo que la etapa que inaugura esta nueva coalición de gobierno es crucial. Tendrán la oportunidad de buscar terceras vías en el problema territorial que nos afecta, donde la audacia y la construcción de nuevos marcos de convivencia ayudarán a evolucionar nuestra joven democracia, y de posibilitar que los hechos diferenciales sumen y no resten. Afrontarán también el gran reto de devolver a la población española el presente y el futuro que hemos perdido, contabilizado en avances en justicia social, empleo de calidad y recuperación ecológica. Pero sobre todo este Gobierno de coalición se desempeñará en medio de un cambio evidente de época, tanto a nivel regional como internacional, en el que hay un conflicto evidente entre los que se niegan a perder el pasado, atrincherados con una actitud regresiva evidente, y las que miran con esperanza a un cambio de modelo social y económico que reequilibre nuestro relación con el planeta, y con sus habitantes.

En esa disyuntiva anda nuestro futuro. Regresión es lo que han vociferado los hiperbólicos estos días en el Parlamento, más cierre de fronteras, más Íbex 35, y por supuesto nada de cambiar el modelo de Estado. Tras cada ¡viva España! en el Congreso de los Diputados se escondía un miedo enorme, miedo a perder lo poco que se tiene, a perder el peso de la costumbre, a perder poder adquisitivo, miedo al diferente. Evolución sin embargo es mirar de otra manera, con esperanza, cambiando las reglas del juego para poner en el centro a la ciudadanía empobrecida, a la naturaleza golpeada, y mirar al gobierno como un servicio. Confío en que Podemitas y Comunistas ayuden al gobierno liderado por el PSOE a huir del miedo, a salir de sus trincheras. Más España sí, pero nueva.