Estamos pagando una barbaridad por la luz. No hay día que su precio no alcance un máximo histórico. No parece que el gobierno encuentre una solución viable para abaratar su coste. El hecho es que estamos pagando unos quince euros más al mes por el consumo eléctrico. Y con tanta "hora valle" ya no sabemos cuándo poner la lavadora, el lavavajillas, encender la televisión o utilizar la vitrocerámica. Ante esta situación de emergencia social se han sucedido voces de todo tipo, desde aquellas que consideran un abuso y un escándalo esta subida del coste, hasta otras que creen que tampoco la subida es para tanto. Las grandes corporaciones eléctricas y los economistas neoliberales nos han dicho que estamos pagando sólo medio euro más al día, una insignificancia.

El gobierno ha subido quince euros al mes el salario mínimo interprofesional. Ha pasado de 950 euros a 965. Los empresarios consideran que esta subida es inadmisible, que destruirá empleo y obligará a cerrar algunas empresas. Mientras se quejan por la subida, los grandes directivos se suben sus sueldos multimillonarios y en Europa, los países que tienen regulado un salario mínimo, caso de Francia, lo suben hasta mil quinientos euros. Nuestras grandes empresas se arruinarían subiendo los sueldos medio euro al día.

Como puede apreciar el avispado lector medio euro al día es lo que ha subido la luz y medio euro al día es lo que ha subido el SMI (salario mínimo interprofesional). Para las grandes corporaciones en el primer caso es una miseria y el segundo la causa de una posible ruina. Son las cosas del capitalismo, todo depende de ingresar más: subida de sueldos de directivos, subida del IPC, subida del precio de sectores estratégicos: gastar menos: contratos basura, economía sumergida, falta de seguridad en el trabajo, evasión de impuestos…

Quince euros es lo que diferencia una vida más digna de una vida menos digna. Quince euros marca la frontera entre ser muy pobre y ser menos pobre. Ojalá la electricidad sea un bien básico del que no se enriquezcan los especuladores y ojalá el SMI en España se iguale al SMI de Francia. Estaríamos avanzando hacia otro tipo de sociedad más fraternal y más humana.

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