La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

Putin, Biden, Johnson… y Sánchez

En libertades, la historia enseña a fiarse más de los EEUU y el Reino Unido que de la Europa continental

En España Sánchez al teléfono (¿de Gila?) posando con cara de estar solucionando la crisis de Ucrania. Los memes han hecho justicia a esta foto grotesca que parece sacada del book de un galán tipo Máximo Valverde (en cuanto a cualidades interpretativas no da para más). Pero, al fin y al cabo, poco pintamos. Y menos con este Gobierno. Más grave es que ante la crisis de Ucrania estén Biden y Johnson liderando los dos países que me merecen más confianza democrática. Unos erráticos Estados Unidos pos-Trump -desde la mal planificada retirada de Afganistán hasta lo de la "incursión menor" en Ucrania-y un Re ino Unido pos-Brexit con el tipo de los partygate al frente. Y en cuestión de libertades la historia me ha enseñado a fiarme más de Estados Unidos y del Reino Unido que de la Europa continental: jamás han soportado una dictadura.

En su muy recomendable Terror y utopía. Moscú en 1937 (Acantilado), Karl Schölgel cita el diario de un moscovita que, la noche del 30 de enero de 1937, oyó las retransmisiones de la manifestación en la Plaza Roja en la que se leyeron las sentencias de muerte de un proceso del Gran Terror y del desfile de las antorchas en Berlín: "A las cinco, mitin en la Plaza Roja: acogida positiva de la sentencia del tribunal. En la habitación penetran, a través de la radio, los sentimientos de millones de soviéticos, ira, odio al enemigo, indignación, ruido, atronadores aplausos, música. Entusiasmo. Libertad. Socialismo. Un ligero giro en el dial de la radio, y otra vez ruido, aplausos atronadores, hurras, entusiasmo. ¿De dónde llega eso? Berlín. Cuarto aniversario del despertar de Hitler. Desfile de las antorchas. Masas. Calle. Pasiones. Filosofía de la historia. Magia de la época".

Esta magia nunca cautivó a ingleses y estadounidenses. Ese enero de 1937 la CBS emitía su show Hollywood Hotel y se acaban de estrenar las películas de Busby Berkeley Hollywood Hotel, inspirada en el programa radiofónico, y Goldiggers 1937. Mientras en Moscú y Berlín se escenificaban unas gigantescas coreografías, en Hollywood Berkeley filmaba otras igualmente espectaculares con los bailarines formando figuras caleidoscópicas, desfilando al son de Horray for Hollywood o combatiendo en All's Fair in Love and War. Qué quieren que les diga, prefiero las coreografías masivas de Busby a las de Adolf y Iósif. Entonces y ahora. Pese a Biden y Johnson.

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